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Desde que comenzó el programa gubernamental de demolición de viviendas afectadas por el sismo de 8.2 grados del 7 de septiembre y hasta el jueves 28, se habían demolido 276 casas, sólo en Juchitán.

David Mayrén, responsable del programa y también director de Caminos y Aeropistas de Oaxaca (CAO), dio a conocer que de las 14 mil 825 viviendas censadas en esta ciudad, dos mil 819 serán derrumbadas.

Mayrén explicó a EL UNIVERSAL que la cifra de dos mil 819 viviendas por derribar se basó en los resultados del censo realizado por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), que arrojó 14 mil 825 casas censadas sólo en la ciudad juchiteca.

Por ahora, detalló el funcionario, van a ser demolidas las viviendas que representen un mayor riesgo para las personas. Para los trabajos de derribo se cuenta con 100 equipos, incluidas retroexcavadoras y camiones de volteo para recoger el escombro.

No obstante, aclaró que el programa enfrenta complicaciones, entre ellas la necesidad de que la Comisión Federal de Electricidad (CFE), intervenga para el corte de la energía eléctrica y reubicación temporal de transformadores.

Además, señaló que se necesita que intervengan otras compañías, como las de telefonía y las de televisión por cable. Esos detalles complican las demoliciones, señaló Mayrén Carrasco.

La cifra de viviendas que deben ser derrumbadas no es es compartida por Germán Peralta Luis, regidor de Obras del gobierno municipal, quien afirmó que de acuerdo con las solicitudes de demolición presentadas por afectados, el número asciende a cinco mil.

El programa de demolición comenzó el pasado domingo 17 de septiembre, pero de acuerdo con Peralta Luis, “los trabajos van muy lentos en relación al plazo que otorgaron las autoridades estatales, quienes han dicho que la demolición se haría en un mes y la reconstrucción en cuatro meses”.

El pasado sábado 23, con la cadena de sismos que cimbró al Istmo, una veintena de casas colapsó, lo que obligó a las familias a vivir en las calles. Esta nueva contigencia retrasó el programa de demolición por el cierre de vialidades.

Además, las lluvias que no paran desde el sábado 23, complican los trabajos de demolición.