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A Jaciel Arrazola le dispararon a quemarropa. El 2 de noviembre un comando lo interceptó cuando viajaba a bordo de su motocicleta. Jaciel era mecánico y vivía en el municipio de Loma Bonita, en la región de la Cuenca del Papaloapan. Sólo cuatro días antes, el 30 de octubre, los cuerpos de seis personas fueron hallados en ese mismo municipio con señales de haber sido ejecutadas. Siete ejecuciones en cuatro días. Así fue como regresó el horror a la Cuenca.

La historia de Jaciel se repite cada vez con más frecuencia en la zona. Según cifras de la Fiscalía  General del Estado en Oaxaca, sólo de agosto de 2016 a octubre de 2017 la Cuenca suma 272 homicidios relacionados con la delincuencia organizada. Esta cifra representa el  18% de los homicidios  de este tipo en la entidad en ese periodo.

Adiós a la tranquilidad

Hasta antes de noviembre de  2015 los hallazgos de personas asesinadas y con  señales de tortura no eran comunes en este territorio oaxaqueño, ubicado en los límites con Veracruz, pero  a finales de año   la localización de ocho personas ejecutadas en Cosolapa, uno de los 19 municipios de la región,  rasgó esa tranquilidad. 

A pesar del hallazgo, en  su momento,  el entonces  titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca (SSPO), Jorge Alberto Ruiz Martínez, descartó la presencia de grupos de la delincuencia organizada en la Cuenca, zona del estado que, según el funcionario, únicamente era ocupada como “tiradero de cuerpos” de ultimados en  Veracruz.

El inicio del año siguiente transcurrió con noticias aisladas sobre la localización de cadáveres en la Cuenca, pero  para agosto la violencia se presentó con todo su peso. A  las siete de la mañana del  23 de agosto de 2016 los habitantes de la colonia Santa Fe de San Juan Bautista Tuxtepec recibieron el día entre violentas  ráfagas de disparos. Un grupo de sujetos armados interceptó a una camioneta color gris marca Chevrolet con placas de Veracruz y ultimó a su ocupante, quien cayó  muerto sobre las calle Niños Héroes.

Ese mismo día los tiroteos se extendieron a otras zonas de Tuxtepec. Cinco muertos, en menos de cinco horas, tiñeron de sangre la región.   En tres meses, según un recuento hemerográfico, sumaron  40 las ejecuciones en la región, la mayoría en Tuxtepec, que de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2016  concentró la mayoría de homicidios dolosos con  54.Este año ya suma 75.

Fue hasta el  8 de noviembre de 2016 que   Ruiz Martínez aceptó el incremento de la violencia por la disputa de la “plaza” que abarca tanto municipios de Veracruz como de Oaxaca. En ese entonces detalló que se trataba de una guerra entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Zetas.

El CJNG, según explicó, opera y tiene presencia en los municipios de Cosamaloapan y Tezonapa, Veracruz, colindantes con Cosolapa, población de Oaxaca. Los Zetas, por su parte, registraban operaciones en Córdoba y Orizaba, Veracruz, y tenían  presencia en el municipio de Tuxtepec. A pesar de dichas declaraciones, Javier Martín Villanueva Hernández, ex delegado de la Procuraduría General de la República (PGR), negó  la presencia de grupos de la delincuencia organizada en Oaxaca y afirmó que se trataba de “incursiones esporádicas” para cometer crímenes.

Pero entonces, un informe desclasificado en 2015 de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) confirmó  que el CJNG controla gran parte del estado, principalmente la franja  del Istmo de Tehuantepec, la Costa y la Cuenca del Papaloapam. Mientras que el Cártel del Golfo y Los Zetas, tienen dominio sobre los Valles Centrales.

La Fiscalía y sus números

Ese diagnóstico no es compartido por la  Fiscalía General del Estado. Aunque   la dependencia señala que sólo en lo que  va del 2017 se han registrado 122 homicidios relacionados con la delincuencia organizada en la Cuenca, la mayoría en Tuxtepec y Loma Bonita, el fiscal de Oaxaca, Rubén Vasconcelos Méndez, en entrevista con EL UNIVERSAL, asegura que no se trata de dichos cárteles.

Según el fiscal,  al menos desde hace seis o cinco años los grupos dedicados al crimen organizado tienen presencia en la zona al norte de Oaxaca, pero  asevera que  son tres grupos locales  los que han controlado la región.

“Creemos que son un grupo que adoptó el nombre del cártel (Cártel de Jalisco Nueva Generación) para sembrar mayor temor, pues hasta ahora no se ha sabido que esta organización, en ninguna parte del país, realice este tipo de manifestaciones”. Vasconcelos se refiere  al  video en el que se presume la incursión de una caravana armada al municipio de Loma Bonita, la noche del jueves 26 de octubre.

Pese a que la violencia sigue en  Tuxtepec y Loma Bonita, en donde  durante las últimas  semanas de octubre hubo 12 asesinatos, el fiscal presumió que este 2017 la cifra de ejecuciones es menor a la cifra  del mismo periodo de  2016, con 122 y 150 casos, respectivamente. Mientras, los habitantes de la  Cuenca tendrán que conformarse con esos  números.