La pandemia frena el rescate del patrimonio histórico y cultural del Istmo, a 3 años del 7-S

De acuerdo con el último informe del INAH, el Programa de Conservación ha atendido inmuebles cuya antigüedad se remontan a la época virreinal y a los siglos XIX y XX, la mayoría ubicados en Santo Domingo Tehuantepec

La pandemia frena el rescate del patrimonio histórico y cultural del Istmo, a 3 años del 7-S
Foto: Roselia Chaca
Municipios 08/09/2020 10:32 Oaxaca Actualizada 20:43

Juchitán de Zaragoza.- A unos meses de que el trabajo de casi tres años para que el patrimonio cultural del Istmo de Tehuantepec recupere su esplendor pudiera mostrarse al público, el virus que amenaza al mundo frenó las primeras reaperturas, por ejemplo  la del exconvento de Santo Domingo de Guzmán.

Santo Domingo Tehuantepec, la ciudad que comparte nombre con el complejo conventual más importante de la región, es la que mayor avance tiene en la reconstrucción de sus iglesias, edificios históricos e inmuebles con valor patrimonial. Ejemplo de ello es el exconvento dominico del siglo XVI, cuya rehabilitación a tres años del terremoto está al 70%, por lo que se proyectaba que este 2020 se abriría al público la mitad del complejo. No sucedió. 

De acuerdo con Luis Díaz Jiménez, director de Patrimonio Edificado del Ayuntamiento de Tehuantepec, fue la pandemia la que no lo permitió, y no sólo eso, también frenó las obras en el claustro, el templo de Santo Domingo, la capilla abierta, el patio atrial, el campanario y su anexo, que funciona como obispado.

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Fotos: Edwin Hernández

“Pues la pandemia también retrasó fechas, era de esperarse terminar al menos una etapa de la restauración, pero se detuvieron trabajos, está en promedio en un 70% de avance. En el exconvento lo más relevante de estos años es el descubrimiento de los frescos y pinturas  en los  confesionarios y el acceso principal, que estuvieron sellado por más de 200 años, así como los vestigios prehispánicos en el patio”,  explica en entrevista.

El proyecto de reconstrucción del exconvento está cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia  (INAH) y del Instituto del Patrimonio Cultural de Oaxaca (Inpac), y se realiza gracias a los recursos del seguro del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y de la Fundación Harp Helú. El presupuesto inicial es de 16 millones de pesos.

Además del complejo conventual, se han atendido en tres años las 10 iglesias que reportaron daños  severos; sin embargo, réplicas y temblores que no paran en la región siguen dañado a algunas, como la de San Sebastián, cuyas obras se tienen programadas terminarlas para diciembre. A su vez, la Fundación Harp Helú, durante tres etapas, ha rescatado un total de 40 casas con valor patrimonial.

De acuerdo al último informe del INAH,  el Programa de Conservación de Vivienda con Valor Patrimonial en el Istmo de Tehuantepec ha atendido inmuebles cuya antigüedad se remontan a la época virreinal y a los siglos XIX y XX, la mayoría ubicados en Santo Domingo Tehuantepec, donde se emplazan 23 de las 26 casas-habitación que se restauran a través de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi). Las tres restantes se localizan en los municipios de Juchitán, Ciudad Ixtepec y Jamiltepec (este último en la región Costa).

El rezago de Juchitán 

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Foto: Roselia Chaca

El palacio municipal, la Casa de la Cultura, la iglesia de San Vicente Ferrer, el Taller de Artes Gráfica, la  Biblioteca Pública “Gabriel López Chiñas” y la casa del General Heliodoro Charis Castro son los monumentos históricos y patrimoniales de Juchitán que fueron afectados por el sismo del 7 de septiembre del 2017 y cuya reconstrucción se estancó a causa del Covid-19.

En el caso de la iglesia de San Vicente Ferrer, afectado en el 90% de su estructura, se estima que la recuperación y rehabilitación, también a cargo del INAH y de la fundación Harp Helú, se encuentra al 40%. El mayor avance se observa en la casa cural, el pórtico techado, el atrio y el portón de acceso, pues están al 70 %, informó Michael Pineda director de Cultura de Juchitán.

El templo sufrió graves daños en la bóveda de cañón corrido, y la cúpula en el presbiterio fue severamente alteradas por grietas que ponen en riesgo su estabilidad; los muros, constituidos por robustas mamposterías de piedra de más de tres metros de espesor, casi quedaron destruidos; uno de los campanarios se derrumbó y las torres que le daban sustento tuvieron colapsos y pérdidas parciales.

Ante daños tan grandes, en 2018, el Taller de Restauración de la Fundación Harp Helú  y la Sección de Conservación Restauración del Centro INAH Oaxaca, comenzaron a trabajar en el desarrollo de los proyectos de restauración y reconstrucción de estos bienes religiosos.

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Foto: Roselia Chaca

Según la fundación, desde entonces se han realizado desde acciones como “el estudio estratigráfico de los aplanados para encontrar vestigios de pintura mural antigua al interior de la iglesia; el encofrado de retablos; el desmontaje de los mismos en las zonas donde es necesario atender fracturas estructurales del edificio; la liberación de aplanados para permitir la intervención arquitectónica; la restauración del 100% de las imágenes dañadas por el sismo; el retiro de las campanas; la recuperación de todos los fragmentos del retablo colapsado de la Virgen con el Niño; y la proyección para la reconstrucción del mismo”, informó en un comunicado. 

No obstante, aún queda pendiente realizar desde la restauración de las pinturas de caballete del retablo principal; hasta regresar cada retablo y cada campana a su lugar de origen y devolver las imágenes de los santos al interior de la iglesia.

“Todo lo anterior se realizará una vez que se logre concluir la reconstrucción y reforzamiento estructural del inmueble. La estrecha colaboración entre la FAHHO y el INAH en la reconstrucción y la restauración del patrimonio religioso e histórico en Juchitán, significa que es posible devolver a sus pobladores los espacios espirituales destruidos tras la catástrofe, espacios que fueron necesarios para dar esperanza, orientación y sentido existencial a las personas que perdieron sus pertenencias, sus casas o a su familia”, señala. 

En cuanto al palacio municipal de Juchitán, la primera fase de la reconstrucción del emblemático edificio que data de 1882 lleva un 10%. Y aunque no se suspendió a pesar del Covid-19, y la primera fase concluyó hace una semana, el problema es la falta de recursos pues a través del Programa Nacional de Reconstrucción sólo se han destinado 10.7 millones de pesos de los 80 que se asignaron para su reconstrucción.

“Nuestro palacio sigue igual de quebrado, de 80 millones de pesos que le asignaron, sólo aplicaron 10.7 millones y con esa inversión los obreros de la constructora retiraron los aplanados y apuntalaron las áreas críticas”, dice el director de Obras de Juchitán, José Antonio Sánchez, quien añade que igual de lenta va la rehabilitación de la Casa de Cultura, a la que le asignaron 20 millones de pesos, pero solamente se ejercieron en este año 1.8 millones.

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