Pese a la marginación, letras y poesía nacen de la creatividad de niñas de la Mixteca

San Simón Zahuatlán.— Areli  Flores Camarillo cursaba el primer año de secundaria cuando participó en la creación de un poema colectivo, junto a otras compañeras y la poeta Nadia López García. Poco tiempo después, su poesía las llevó a presentarse en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México el 19 de noviembre de 2019, cuando se realizó el encuentro artístico comunitario Tengo un Sueño.

“El poema habla de que las mujeres sí podemos hacer lo que soñamos, que tenemos derecho a ser libres”, explica otra de las participantes, Elvia Rosales Enríquez.

Además de Areli y Elvia, otras cinco niñas participaron en la creación del poema "Las mujeres sí soñamos": Sofía, Esmeralda, Anayali y Guadalupe, todas originarias de San Simón Zahuatlán, un municipio de la Mixteca y el quinto del país con mayor pobreza, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Aquí 83.5% de sus habitantes viven en pobreza extrema, lo que significa que tienen tres o más carencias sociales, como rezago educativo, acceso a la alimentación, a servicios de salud, seguridad social, calidad y espacios de la vivienda y a servicios básicos,  porque San Simón Zahuatlán es vecino de Santos Reyes Yucuná, el municipio más pobre del país.

“Las mujeres sí soñamos / nuestros corazones se agitan / nuestros labios se mueven / y desciframos las palabras”, dice un fragmento del poema escrito por las niñas. 

Areli cuenta que en él expresan lo que sienten, porque en su comunidad no las dejan manifestar sus sentimientos. “Nos da miedo expresarnos porque nos pueden lastimar”, dice.

Su trabajo poético es el resultado de su asistencia a los talleres de creación literaria del programa Semilleros Creativos que inició en junio de 2019 en San Simón Zahuatlán, en el que también se imparten clases de ilustración y teatro.

El trabajo de Semilleros Creativos se realiza con niños y adolescentes tanto de primaria como de  telesecundaria y telebachillerato. 

Con el grupo de sexto de primaria de la comunidad, por ejemplo, se formó un colectivo de teatro, en la telesecundaria los jóvenes realizan libros de artista en los que escriben su autobiografía, que posteriormente serán ilustrados por ellos mismos, y en el telebachillerato preparan la adaptación a radio novela de un libro de un autor mixteco.

Eva María Gálvez Gómez, docente de Literatura del Semillero Creativo de San Simón Zahuatlán, menciona que lo que se busca es iniciar a los niños y jóvenes en el gusto por la creación artística a través de materiales que fortalezcan la identidad y la lengua, mediante el uso de textos literarios que, aunque no les sean cercanos culturalmente, les podrán servir como ejemplo.

“El objetivo último es que el arte nos sirve para conocer la realidad y tener un posicionamiento crítico sobre ella. Este ejercicio creativo pretende eso, que sea un ejercicio ciudadano, de derechos culturales, donde la palabra se fortalece para que se nombre, porque estamos trabajando en comunidades que tienen los índices de marginación más altos en la región, donde nunca se había hecho trabajo cultural así”, comenta.

La profesora de Literatura relata que cuando los invitaron al evento Tengo un Sueño en el Auditorio Nacional fue “muy raro”, porque los habitantes de la comunidad no lo creían, mucho menos que pasarían una semana de campamento en Teotihuacán, porque nunca había ocurrido algo similar.

Poco a poco, dice, se han ido ganando la confianza de la población y actualmente cuatro docentes atienden a más de 200 niños y adolescentes.

El programa Semilleros Creativos, agrega Gálvez Gómez, es pionero en ese sentido porque acerca una propuesta de trabajo a lugares donde nunca antes se había llevado, porque el arte “ha sido una práctica para los privilegiados”.

“Me parece que el arte se ha concentrado en los espacios urbanos y en municipios como Zahuatlán no solamente se han olvidado de las políticas públicas culturales, también se han olvidado de todo tipo de políticas públicas, las que tienen que ver  con vivienda, con transporte, con salud”, señala.

En ese sentido, sostiene que debe buscarse el rescate de toda la cultura del pueblo Ñuu Saavi, y que se ha catalogado más como folclor que como arte. 

Explica que si se trabaja la tradición oral y la lengua se encontrará que todo el simbolismo y la iconografía son en sí mismos arte.

“Es el arte de nuestros pueblos, es un modo simbólico de entender el mundo, la vida, las relaciones sociales, y que tiene un valor artístico muy grande y se deja en la línea del folclor, no se permite explorar y abrir la posibilidad para que los niños Ñuu Saavi comiencen a hacer experimentación artística desde su identidad. Es una oportunidad muy valiosa”, finaliza.