La escultura  sorprende a los visitantes que vienen de Oaxaca o Huatulco. Una mujer, de casi cinco metros de altura da la bienvenida. Es el Monumento a la Mujer Tehuana, obra que donó el artista Miguel Hernández Urban y que se inauguró en la noche del 15 de octubre de 2008.

La Mujer Tehuana sostiene con ambas manos la larga falda de su enagua, sobre el huipil, presume sus collares y en la cabeza luce el resplandor. Es la representación del  traje de la mujer zapoteca, conocido como “de tehuana”. 

Aunque la obra  rinde tributo a la madre tierra, es un testimonio metálico de la vestimenta, elemento cultural   que organizaciones civiles consideran clave para revitalizar la lengua zapoteca y que  buscan rescatar para el uso cotidiano, tal y como se usaba  a finales de 1800: rabona o de holán blando, dice Mario Mecott Francisco, director de la Casa de Cultura del municipio de Santo Domingo Tehuantepec.

Uno de esos esfuerzos se llama Identidad Tehuana, que empezó a impulsar diversas acciones por el rescate de la vestimenta de la tehuana y la lengua zapoteca desde  mayo, explica uno de los coordinadores de esa plataforma ciudadana y presidente de la mesa directiva de la Vela Tehuantepec, Guillermo Valderrama Reyna.

En coordinación con otros colectivos de arte, la iniciativa  ha convocado a las mujeres para que el último viernes de cada mes realicen sus actividades con la vestimenta tradicional de enagua y huipil. Por la noche de esos viernes, se presentan espectáculos  que engloban al teatro, la danza y  la poesía.

La sociedad ha respondido a las convocatoria. Los directivos de varias escuelas, como la primaria Juana C. Romero, se han sumado  y los alumnos, con el respaldo de sus padres, se envuelven en el traje regional. Las niñas de tehuanas y los niños con el pantalón oscuro y la guayabera blanca. 

Rescate de la lengua

 Estos esfuerzos emprendidos en Tehuantepec se deben a que   el zapoteco casi ya no se habla, salvo personas  mayores de los barrios Tagolaba y Santa María Reoloteca, asegura  Mario Mecott, director de la Casa de Cultura.

De acuerdo con  el Inegi, de una población estimada en 64 mil habitantes en la cabecera municipal, sólo 5 mil  son hablantes de alguna lengua, como el zapoteco, mixe o chontal. Por ello, dice Valderrama Reyna, la iniciativa Identidad Tehuana también busca el rescate del zapoteco entre los alumnos de primaria.

Además, conocida como la capital cultural del Istmo, Tehuantepec celebra desde hace 22 años la fiesta de Guendaliza’ (de la Hermandad), que reúne a representantes de todas las etnias del Istmo en un esfuerzo de recuperar danzas y  gastronomía tradicional, agrega  Mario Mecott Francisco.