'Guillermo' murió hace dos meses, a los 38 años. Sus compañeros lo recuerdan como una persona alegre, que disfrutaba las fiestas que organizaba el sindicato petrolero, como las tradicionales Velas.
El año pasado fue electo como delegado sindical de los Servicios Médicos de la clínica Pemex de Juchitán. Confiaba a sus cercanos que buscaba una permuta para regresar a su tierra, Salina Cruz, tras cuatro años de laborar en esta ciudad zapoteca.
Hasta el 4 de agosto se contabilizaban mil 17 muertes por la enfermedad derivada de un nuevo tipo de coronavirus: 262 activos, 429 jubilados, 320 familiares y seis externos, “pese a la estrategia de prevención para contener los contagios entre los trabajadores”.

Foto: Edwin Hernández
La petrolera añade que hay 579 personas aisladas en sus domicilios, 130 hospitalizadas en pabellones y 34 en terapia intensiva.
Aunque en distintas ocasiones, Pemex ha reconocido la disciplina de sus trabajadores y de su personal médico, los empleados han mostrado su preocupación, porque en diversas áreas donde laboran se han convertido en focos de contagios, principalmente en la refinería Antonio Dovalí Jaime, donde varios departamentos, como Soldadura, Mecánica e Instrumentos han suspendido labores.
Petroleros de Asunción Ixtaltepec, El Espinal, Unión Hidalgo y Juchitán expresan, bajo anonimato, que los puntos de contagio se concentran en la refinería.
Ante el riesgo que representa suspender sus labores ante la pandemia, pues son consideradas esenciales, los petroleros piden que Pemex reconfigure las jornadas laborales para que se eviten aglomeraciones.
Por ejemplo, explican, si en el taller de soldadura laboran 100 personas, proponen dividir el número de trabajadores por día, así como la constancia en las tareas de limpieza.

Foto: Cortesía
De acuerdo con los trabajadores, desde que la compañía de limpieza dejó de desinfectar las áreas de la refinería, la Sección 38 del sindicato compra los insumos para que los mismos obreros saniticen sus áreas: “Tenemos que hacerlo porque así nos protegemos”, señalan entre la preocupación por los contagios y muertes. La refinería declinó dar una postura al respecto.
En esto coinciden autoridades municipales y representantes del sector privado. Sin embargo, el alcalde Juan Carlos Atecas Altamirano advirtió que si la situación se complica, "nos veremos obligados a cerrar, pero esperamos que no lleguemos a adoptar esas medidas drásticas”.