Lo anterior, porque las personas que participaron, a pesar de pertenecer a comunidades originarias convocadas para esta consulta, parten de referentes que les son ajenos, y no determinan de manera libre, sino guiada por la institución y la visión que ésta tiene del “desarrollo”, que visiblemente contrasta con lo que la gente considera desarrollo dentro de sus comunidades.
“La consulta tiene que ser culturalmente adecuada, quiere decir en términos del protocolo y de la convocatoria, que el traductor tiene que ser aprobado por la asamblea del pueblo, el pueblo tiene que decidir si es buen o mal traductor”.
Sin embargo, los documentos que se presentaron no han sido traducidos, ni distribuidos en la población; no están tomando en cuenta las variantes lingüísticas de las diversas regiones, quien convoca a la Asamblea debe ser la autoridad reconocida por la propia asamblea del pueblo, respetando los sistemas normativos internos de cada uno de los pueblos y comunidades.
A esto se suma que la participación en asuntos públicos y elecciones, al elegir primero una sede dentro de una comunidad y cambiar posteriormente esta sede a una localidad cuya comunidad convocada más cercana está a cuarenta y cinco minutos, y la más alejada está a más de dos horas de viaje, hicieron imposible que las comunidades se trasladen y al no garantizar la forma de transportarse tampoco están garantizando su participación dentro de la consulta.
Dice que los conflictos internos que existen en las comunidades y la falta de reconocimiento de las autoridades municipales por parte de la mayoría de la población, tampoco garantiza que las opiniones de la población se tomen en cuenta, ya que estas autoridades, según dicho de los mismos pobladores, representan sólo sus intereses particulares y no los intereses del pueblo., y lejos de fortalecer sus organizaciones internas, las vulneran y dividen.
La Redecom asegura que las personas asistentes a las consultas, expresaron que, lejos de informar en la lengua materna de las comunidades convocadas y sus variantes, no sólo la convocatoria estaba en español, tampoco se contó con un traductor que la comunidad aprobara y que se encargara de traducir el contenido del motivo a consultar.
Sino que también buscara que la gente realmente comprendiera no sólo el contenido, sino los impactos ambientales y sociales al territorio, que en este caso, no fueron explicadas ni en español, por lo que se violenta no sólo el derecho a la información, sino que ésta información estén especificada en su lengua materna.
“Por tanto, no sería una asamblea valida, ni culturalmente adecuada ya que no hay rituales de apertura ni bastón de mando”.