Lesbofobia: mal que aqueja a los zapotecas

Las nguiu dicen que viven ocultas y casi “invisibles”; aseguran que en el Istmo son más discriminadas que las muxes

Foto: Roselia Chaca / EL UNIVERSAL
Municipios 12/06/2019 12:59 Roselia Chaca Juchitán de Zaragoza, Oaxaca Actualizada 14:19

Cinco policías privados y varios hombres que se decían miembros de la Sociedad de la Vela San Vicente  Sur  se plantaron frente a Yaret y su amiga en medio de la fiesta. Les pedían, con toda autoridad y elevando la voz, abandonar el lugar.

 No eran bienvenidas, pues eran mujeres que  vestían guayabera blanca y pantalón negro,  como marca la etiqueta de acceso exclusivamente para los hombres a la celebración comunitaria  en honor al santo patrono del pueblo de Juchitán. Según las autoridades, ellas rompían las reglas.

El derecho a ser visible

Yaret defendió su derecho a estar en la fiesta de su pueblo, la gente la apoyó y obligó a los guardias a retirarse, los organizadores amenazaron con reforzar más la seguridad el próximo año. Las mujeres vestidas de hombres no podrán entrar, amenazaron.

Yaret Gómez es una activista de 23 años originaria de Juchitán que tiene, junto con dos amigas más, un colectivo de chicas feministas y lesbianas que trabajan desde hace dos años por el respeto a los derechos humanos y la visibilización de la comunidad nguiu, como se le conoce en zapoteco a las lesbianas.

Éste es el segundo colectivo que se organiza desde Juchitán con jóvenes de entre 20 y 28 años.

Yaret pone de ejemplo el ataque que sufrió en la Vela el pasado 25 de mayo para explicar que las nguiu visibles son más discriminadas por la sociedad zapoteca que las muxes, porque no tienen una historia de lucha como lo tienen las muxes, de más de 30 años, ellas apenas comienzan, a lo mucho  llevan seis años peleando por sus derechos. Siguen ocultas y sin espacios; aún viven con miedo.

 Ocultas

Reflexiona que, con todos estos acontecimientos, en nada ha cambiado la situación de la mujer lesbiana en la región del Istmo de Tehuantepec en pleno siglo XXI.

“La situación sigue siendo la misma, no hay cambios, ni avances. Las muxes tienen más privilegios, además de su  lucha que se reconoce,  también por tener el estatus en la sociedad por ser  varones, en cambio las nguiu no: “Son triplemente discriminadas al ser mujeres, lesbianas e indígenas”, argumenta la activista zapoteca.

Para esta joven lesbiana, a pesar de que las nguiu ganan en porcentaje a las muxes de vivir en pareja,  están ocultas, viven en privado todo y  han tenido que  normalizar esa  invisibilización.

Pero las nuevas generaciones de lesbianas zapotecas, como Yaret, no están conformes con esa pasividad y por eso se organizan en colectivos para participar en festivales,  talleres sobre derechos humanos, círculos de lectura, círculos de encuentros sociales que ayudan  a la sensibilización del tema y la visibilización, pero  este movimiento apenas comienza.

Red que salva a las  nguiu

 En otras circunstacias,  los insultos sexuales y denigrantes no cesan de parte de  los policías municipales hacia Yesenia y su novia. Las detuvieron y treparon en la batea de la patrulla municipal, después de que las vieron besarse en pleno parque de la ciudad de Juchitán, era el año 2014.

Yesenia Esteban Valdivieso no lo podía creer, una semana antes  había capacitado a los elementos policiacos  sobre el manejo y  trato humano a los integrantes de la comunidad LGTBTT de la ciudad, pues  ella pertenecía a la Dirección de Políticas Públicas y Diversidad Sexual del Ayuntamiento. Fue tanta su indignación que intentó denunciar al municipio  ante  la Defensoría de Derechos Humanos, pero la dependencia municipal la persuadió de no hacerlo.

Yesenia, una estilista profesional, recuerda lejano el incidente pero no lo olvida, entendió que, después de la familia, los cuerpos policiacos son los segundos en discriminar a las lesbianas y a las muxes.

Con los años se unió a  una red de mujeres lesbianas que brindan protección, red que replicó en la región, desde donde se han salvado por lo menos 30 chicas de agresiones de sus parejas y familia.

Durante sus años de activismo, recuerda que el mayor obstáculo que se ha enfrentado es a la palabra “lesbiana”.

“Aunque ellas saben que lo son, las zapotecas se asustan de la palabra, es muy agresivo para ellas, se ofenden. Es algo muy difícil de entender. En el activismo he aprendido que estoy sola, porque a la mera hora ellas se asustan en dar la cara. Falta mucho por trabajar y visibilizar”, comenta mientras posa con su pareja  para la fotografía.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Discriminación (Enadis), 2017, del Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación  (Conapred), en Oaxaca se detectó que  71.9% de la comunidad trans y  65.5% de la comunidad lesbiana o gay aseguró que no se le respeta en nada o es nulo  el ejercicio de sus derechos. 

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