“Ahorita, mucha gente anda buscando ladrillos para arreglar sus casas, pero no hay porque nuestros hornos se cayeron con los temblores y no hemos recibido los apoyos que necesitamos para empezar a producir”, afirma molesto el artesano Isaías Sánchez García.
Con las manos cubiertas de lodo, descalzo y sin parar en sus movimientos, Isaías se queja del gobierno mientras jala ladrillos viejos y sin cocer para volver a armar el horno donde antes del terremoto producía unas seis mil piezas a la semana.
Antes del horno de Isaías, está el de Joaquín García, quien empezó a conocer los secretos para elaborar artesanalmente los ladrillos cuando tenía 12 años de edad. Con tantos años de experiencia y a punto de cumplir los 40, su horno producía unas 400 piezas al día antes de los sismos.
A pesar del panorama, Joaquín es optimista. Mientras retira las pedacerías de ladrillos con la pala en la mano; dice que en la semana entrante terminará de reconstruir su horno y podrá volver a ganar 300 pesos diarios.
Los productores de ladrillo de Asunción Ixtaltepec, donde los artesanos también moldean en barro ollas, donde se elaboran las tortillas y totopos, se dicen molestos por los escasos apoyos que las autoridades federales destinaron a una industría clave para la reconstrucción del Istmo.
“¿Por qué a las mujeres que venden totopos y panes les dieron 19 mil pesos para que reconstruyeran sus hornos y a nosotros que producimos la materia prima en la construcción de las viviendas no nos dieron más que 8 mil pesos?”, pregunta Silvianito García.
Contemplando dichas ayudas, los ladrilleros de Asunción Ixtaltepec esperan volver a producir antes que termine el mes de noviembre.