
Para Candelaria fue su primera vez como el atractivo de las fotos. Lo hizo embarazada, entre el estruendo de los cohetes, el acoso de quienes la tocaban, las subidas y bajadas de niñas y niños.
Su dueño, don David apunta que desde hace al menos 10 años acude a esta celebración con sus animales que son rentados por diferentes fotógrafos. En esta ocasión, llegó a bordo de la burrita desde la comunidad vecina de San Bartolo, a unos tres kilómetros del parque.
En ese transcurso de esta década, dice, han asistido al menos unos seis ejemplares que por viejos los ha dejado de llevar.

Calandria aguantó su jornada, fue paciente y al regreso a casa tendrá su recompensa; las fotos de las que fue el atractivo se vendieron por 40 pesos.