San Mateo del Mar tiene su primer positivo de la enfermedad desde que inició la pandemia, mismo que tendrá que atender sin la clínica de salud de la localidad, ya que desde hace meses, el centro médico permanece cerrado por un conflicto político.
Se reabrió después de una serie de negociaciones con la Jurisdicción Sanitaria del Istmo y las autoridades, para brindar seguridad a los médicos y enfermeras, pero nuevamente fue cerrado, después de que el 2 de mayo se reactivó el conflicto político-electoral que existe entre seguidores del edil Bernardino Ponce Hinojosa, y habitantes de agencias que no lo reconocen como autoridad municipal.
El enfrentamiento dejó un saldo de 15 personas asesinadas, 13 hombres y dos mujeres, quienes fueron torturados y quemados vivos en la peor masacre en un pueblo indígena de Oaxaca de la que se tenga registro.
Además de no contar con una clínica de salud para que los pacientes reciban una atención, los habitantes no cuentan con agua potable, sobre todos los que viven en la cabecera municipal, por lo que utilizan el agua de los pozos, misma que tienen que hervir para consumo humano.
Un pequeño porcentaje de la población puede adquirir agua de garrafones. Lo anterior dificulta acatar las medidas sanitarias ante la pandemia.