En Cacalotepec la familia vive en un “cerro de agua”, en éste se ubican los pozos de captación que abastecen del vital líquido al pueblo, por eso, todos los vecinos han ido, paulatinamente, abandonando sus hogares. “No tenemos otra opción, decimos que lo material se recupera, pero se va nuestro patrimonio, nuestro esfuerzo de tantos años”, lamenta resignada por salir de su casa, a la que llegó hace más de 35 años.
Las autoridades municipales y propietarios han intentado reparar las grietas en las laderas afectadas, con cemento y cabello de mujer, pues de acuerdo a la tradición local, para que la construcción deje de agrietarse es necesario añadir un mechón y virutas de ocote, para que el cemento se “amarre” a la tierra.
A pesar de la medida tradicional, la mujer, su hija y su esposo, un maestro de educación básica jubilado, improvisaron vigas con grandes troncos de madera para sostener la estructura de la que fuera su habitación. Se pronostica que este año la lluvia cese hasta octubre, hay años que las tormentas en tierra mixe se extienden hasta diciembre; las familias temen un desgajamiento del cerro que no solamente les quite el patrimonio, sino también la vida.