La Costa se levanta por sí sola, a dos años del terremoto
Esta región afectada por el tercer sismo recibió escasa ayuda de Peña Nieto y aún no llega la de AMLO
Las manos de María se muestran lastimadas y callosas por manipular y lavar durante tres días las tejas que un albañil colocó en el techo de su pequeña casa.
Lesionarse las manos era lo de menos, a María le urgía reconstruir su vivienda a dos años de colapsar aquel 16 de febrero de 2018 por el sismo de 7.2 grados, cuyo epicentro fue precisamene Santa María Huatzolotitlán, en la Costa oaxaqueña.
Aquel temblor no sólo afectó a la región Costa, también a la Mixteca y a la Sierra Sur, dejando con daños 16 mil 221 viviendas, 925 escuelas y 150 inmuebles públicos en 59 municipios, según datos oficiales.
Este nuevo terremoto ocurrió apenas cinco meses después de los dos sismos que en septiembre de 2017 devastaron casi la tercera parte del país. En el caso de Oaxaca, el del 7 de septiembre golpeó casi a todo el Istmo de Tehuantepec y el del 19, cuyos daños se concentraron en la Ciudad de México, afectó a la región Mixteca. En otras palabras, la entidad fue la única golpeada por tres terremotos en menos de cinco meses.
Foto: Roselia Chaca
En el barrio Ñucahua de Huatzolotitlán, donde nació el temblor, vive María López Sánchez de 59 años, una mujer mixteca que para sobrevivir vende ropa por catálogo y recibe ayuda de familiares.
Después del sismo, personal de la entonces autoridad municipal y la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu) la visitaron para constatar los daños que sufrió, tomaron fotos, levantaron sus datos y le dijeron que regresarían. Nunca más volvieron.
Desde entonces, no tuvo apoyo institucional, ni del anterior gobierno federal, ni del nuevo. Al cumplir exactamente dos años de vivir en un cuarto provisional, logró, con la ayuda de sus hermanos que le enviaron 25 mil pesos, construir en un mes y medio una recámara, un baño y una cocina. Para que el dinero le rindiera para levantar su casa, ella misma trabajó como peón.
“No recibí ni un sólo peso del gobierno, esperé dos años y nada. Me dijeron que iban apoyar, pero como somos varios hermanos en un mismo lote, sólo le dieron a uno, a los demás nada. Mi casa quedó muy dañada y como seguía temblando, me dio miedo que en un día se me viniera encima, así que la tiré y cuando me mandaron el dinero la volví a levantar” , explica y muestra orgullosa la vivienda que también ella construyó.
La misma suerte tuvo Florentina Medino Gómez, cuya vivienda luce fracturada, sin techo y abandonada. En la puerta principal aún está colocada una cinta carcomida por el tiempo en la que se lee “precaución” y que la autoridad le colocó para que no volvieran a vivir allí. Ella y su esposo abandonaron el lugar esperando el apoyo para su reconstrucción, pero éste nunca llegó.
“Hasta le colocaron la cinta para que no entráramos, se tenía que derribar y volver a levantar. Pero cómo, con qué, si no tenemos dinero y ellos no ayudaron.
Llevamos dos años viviendo en casa de mi hijo, además, una ya está grande para construir, ya no tiene fuerza, así que la casa sigue abandonada, hasta que tengamos un dinerito lo vamos a tirar, si no lo tira antes otro temblor”, confiesa Florentina.
Se levantaron solos
Huatzolotitlán es un pueblo cuya buena parte de sus ciudadanos están en el norte del país o en Estados Unidos trabajando, por lo que muchos de los damnificados no esperaron el apoyo que el gobierno federal prometió y comenzaron su propia reconstrucción, teniendo como única ayuda la de sus familiares.
Aun así se pueden ver viviendas cuarteadas en la población que quedaron fuera del programa federal de reconstrucción y que tampoco fueron incluidas en el nuevo plan que impulsó el presidente Andrés Manuel López Obrador a su llegada. Por ahora, la ayuda sólo se concentra en el Istmo.
El alcalde de Huatzolotitlán, Froylan Luna, explica que la anterior administración municipal no le dejó ni siquiera una lista de damnificados, ni de las viviendas que no entraron en el censo, por lo que no se cuenta con un dato certero del rezago, pero afirma que la reconstrucción por parte del gobierno federal no concluyó nunca.
Aunque reconoce que entre diciembre de 2018 y enero de 2019 el nuevo gobierno envió a los servidores de la Nación a levantar el otro censo, dice que tras hacerlo se fueron, y hasta el día de hoy no se tiene información alguna sobre el apoyo.
“Aquí han llegado muchos ciudadanos con sus folios, personas a las que no las apoyaron. Recabamos los datos, pero al no tener un informe del nuevo censo no podemos hacer nada como municipalidad. Claro que podemos levantar un nuevo censo, pero para qué, no lo hago porque no tengo certeza de nada”, comenta.
El edil agrega que, aunque ha hablado con el delegado regional de Bienestar, el funcionaro “no sabe nada del nuevo censo, no se sabe si nos van a apoyar o ya no.
Después de un año sin respuesta, la gente no esperó y comenzó a reconstruir con su propio dinero”.
Ayuda para unos cuantos
A 40 minutos de Huatzolotitlán está Santiago Jamiltepec, la otra población que resultó más afectada por el sismo de febrero del 2018. Cuando a los pobladores se les pregunta si todos los damnificados recibieron apoyo del gobierno, algunos se ríen, otros se molestan y no dudan en decir que sólo se benefició a algunos seleccionados por la autoridad municipal y a los familiares de las 14 víctimas que murieron al caerles encima el helicóptero en el que viajaban Alfonso Navarrete, entonces secretario de Gobernación, y el gobernador Alejandro Murat.
Foto: Roselia Chaca
Antonia, por ejemplo, tiene una tiendita en el centro de la ciudad y es de las que lamentan la forma en que se repartieron los apoyos federales: arena, varilla, cemento, techos de láminas, tejas, entre otros materiales. Ella no recibió nada y con su propios recursos levantó su casa.
“Hay que decir las cosas claras, aquí el responsable de dejar a mucha gente fuera de los censos no fue el gobierno federal, fue el municipal. Mucha gente que tenía sus casas de adobe no recibió nada, ahí siguen dañadas. Yo no recibí nada, pero como es mi casa y estaba dañada, la tiré y levanté otra con mi dinero”, comenta señalando con la mano otras casas aún fracturadas.
Dos años sin glesias
En el interior del templo de Santiago Apóstol, en Jamiltepec, Valentín Ruiz y dos peones avanzan lentamente en los trabajos de reforzamiento de los pilares y el aplanado. Esta iglesia fue una de las 10 edificaciones con valor histórico que resultaron con daños por el sismo en la Costa, según el Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH). En este caso, las afectaciones alcanzaron a 30% de su estructura e imágenes religiosas. Después del sismo, el INAH la apuntaló y desde entonces está cerrada a la población y al culto católico.
Valentín Ruiz y sus peones comenzaron a trabajar en la obra en noviembre de 2019 y todos los días envían fotografías de los avances al responsable del INAH en la ciudad de Oaxaca. No se tiene fecha para su conclusión, mientras las actividades religiosas las efectúan en una sede alterna.
“Sólo soy yo y mis dos peones, ya les dije que avanzaríamos más si meten más personal. Hace poco envié mi presupuesto de en cuánto saldrían los trabajos, pero no me han respondido; mientras sigo trabajando, ellos nos siguen pagando puntualmente”, explica el encargado de la obra
El palacio municipal de Jamiltepec, también con valor histórico, aún sigue en reconstrucción, por lo que la autoridad municipal despacha en una sede alterna. Los familiares de los 14 muertos y heridos a consecuencia de la caída del helicóptero, unas horas después del sismo, no hablan más de lo sucedido. Tampoco dan detalles de los apoyos que recibieron del gobierno federal. Cecilia Rivas, la presidenta municipal tampoco quiso responder sobre los avances o atrasos de la reconstrucción.
Foto: Roselia Chaca
En cambio, en Pinotepa Nacional, otro de los municipios costeños afectados, el director de Obras Públicas y Desarrollo Urbano del ayuntamiento, Ricardo Germán Ramírez, reconoce que hasta ahora no se tiene un segundo apoyo para la reconstrucción, pero explica que se debe a que fueron pocas las viviendas dañadas y el gobierno federal sólo atendió en la primera etapa al municipio.
El inmueble que ocupa el palacio municipal de Pinotepa también sufrió daños, pero fue hasta el pasado 2019 que la administración municipal invirtió recursos propios para su recuperación total. La que sigue sin recibir atención por parte del INAH, señala, salvo un apuntalamiento, es la fachada antigua de la iglesia principal del pueblo.
“La verdad, los campanarios tienen fisuras y están apuntalados, pero hasta ahí llegó el INAH, no ha tocado nada más. Para la reparación de la parte moderna de la iglesia, donde ya no entra el INAH, los ciudadanos cooperaron, el pueblo la reconstruyó. La parte antigua sigue dañada”, detalla el funcionario municipal.
Para el constructor, las viviendas de Pinotepa Nacional resistieron un poco más el sismo, debido a que desde hace más de 10 años levantan sus edificios con mayores y estrictas reglas de construcción por estar en una zona sísmica; las más dañadas fueron edificaciones antiguas de adobe.
Pavel Meléndez, diputado estatal por Morena y presidente de la Comisión Especial de Reconstrucción del Congreso de Oaxaca, reconoce que a dos años del sismo, la reconstrucción en la Costa, va demasiado lenta tanto en iglesias, escuelas y viviendas.
Foto: Roselia Chaca
Después de un recorrido que se realizó en julio de 2019 a cuatro municipios de la región, en la que supervisaron más de 10 inmuebles históricos y escuelas, los diputados de la comisión enviaron un exhorto al INAH para que atendiera, de manera urgente, las obras y reactivara los trabajos en algunos espacios. La misma petición se realizó ante el Instituto Oaxaqueño Constructor de Infraestructura Física Educativa (Iocifed) y el Instituto Nacional de Infraestructura Física Educativa (Inifed), por la falta de conclusión en escuelas dañadas.
Hasta ahora, lamenta el diputado, las cosas siguen igual.