La Costa se levanta por sí sola, a dos años del terremoto

Esta región afectada por el tercer sismo recibió escasa  ayuda de  Peña Nieto y aún no llega la de AMLO

Foto: Roselia Chaca
Municipios 16/02/2020 10:19 Santa María Huazolotitlán Actualizada 11:23

Las manos de María se muestran lastimadas y callosas por manipular y lavar durante tres días las tejas que un albañil colocó  en el techo de su pequeña casa.

Lesionarse las manos era lo de menos, a María le urgía reconstruir su vivienda a dos años de colapsar aquel 16 de febrero de 2018 por  el sismo de 7.2 grados, cuyo epicentro fue precisamene  Santa María Huatzolotitlán, en la Costa oaxaqueña.

Aquel temblor no sólo afectó a la región   Costa, también a  la Mixteca y a  la Sierra Sur, dejando con daños    16 mil 221 viviendas, 925 escuelas y 150 inmuebles públicos en 59 municipios, según datos oficiales.

Este nuevo terremoto ocurrió apenas cinco meses después de los dos  sismos que en septiembre de 2017 devastaron casi la tercera parte  del país. En el caso de Oaxaca, el del 7 de septiembre golpeó casi a todo el Istmo de Tehuantepec y el del 19,  cuyos daños se concentraron en la Ciudad de México, afectó  a la región Mixteca. En otras palabras, la entidad fue la única golpeada por tres terremotos en menos de cinco meses.  

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Foto: Roselia Chaca

En el barrio Ñucahua de Huatzolotitlán, donde nació el temblor,  vive María López Sánchez de 59 años, una mujer mixteca que para sobrevivir vende ropa  por catálogo   y recibe ayuda de  familiares.

 Después del sismo, personal de la entonces autoridad municipal y la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu)  la visitaron para constatar los daños que sufrió, tomaron  fotos, levantaron sus datos  y le dijeron que regresarían.  Nunca más volvieron.

Desde entonces,  no tuvo apoyo institucional, ni del anterior gobierno federal,  ni del nuevo. Al cumplir exactamente dos años de vivir en un cuarto provisional,  logró, con la ayuda de sus hermanos  que le enviaron 25 mil pesos,  construir en un mes y medio una recámara, un baño y una cocina. Para que el dinero le rindiera para levantar su casa,  ella misma trabajó como  peón.

“No recibí ni un sólo  peso del gobierno, esperé dos años y nada. Me dijeron que iban apoyar, pero como somos varios hermanos en un  mismo lote, sólo le dieron a uno, a los demás nada. Mi casa quedó  muy dañada y como seguía temblando, me dio miedo que en un día  se me viniera encima, así que la tiré y cuando  me mandaron el dinero la volví a levantar” , explica y muestra orgullosa  la vivienda que también ella construyó.

La misma suerte tuvo Florentina Medino Gómez, cuya vivienda luce fracturada, sin techo y abandonada. En la puerta principal aún está colocada una cinta carcomida por el tiempo en la que se lee  “precaución” y que la autoridad le colocó para que no volvieran a vivir allí. Ella y su esposo  abandonaron el lugar esperando el apoyo para su reconstrucción,  pero éste nunca llegó.

“Hasta le colocaron la cinta para que no entráramos, se tenía que derribar  y volver a levantar. Pero cómo, con qué, si no tenemos dinero y ellos no ayudaron.

Llevamos dos años viviendo en casa de mi hijo, además,  una ya está grande para construir,  ya  no tiene fuerza, así que la casa sigue abandonada, hasta que tengamos un dinerito lo vamos a tirar, si no lo tira antes otro temblor”, confiesa  Florentina.


Se levantaron solos

Huatzolotitlán es un pueblo cuya buena  parte de sus ciudadanos están en el norte del país o en Estados Unidos  trabajando, por lo que muchos de los damnificados no esperaron el apoyo que el  gobierno federal prometió  y comenzaron su propia reconstrucción, teniendo como única  ayuda la de sus familiares.

 Aun así se pueden  ver  viviendas cuarteadas en la población  que quedaron fuera del programa federal de reconstrucción y   que  tampoco fueron incluidas  en el nuevo plan que impulsó el presidente Andrés Manuel López Obrador a su llegada. Por ahora, la ayuda  sólo se concentra en el Istmo.  

El alcalde de Huatzolotitlán,  Froylan Luna, explica que la anterior administración municipal no le dejó ni siquiera una  lista de damnificados, ni de las viviendas que no entraron en el censo, por lo que no se cuenta con un dato certero del rezago, pero afirma  que la reconstrucción  por parte del gobierno federal no concluyó nunca.

Aunque reconoce que entre  diciembre de 2018 y enero de 2019 el nuevo gobierno envió a los servidores de la Nación a levantar el otro censo,  dice que tras  hacerlo  se fueron,  y hasta el día de hoy  no se tiene información alguna sobre  el apoyo.

“Aquí han llegado muchos ciudadanos con sus folios, personas a las que no las apoyaron. Recabamos los datos, pero al no tener un informe del nuevo censo no podemos hacer nada como municipalidad. Claro que podemos levantar un nuevo censo, pero para qué,  no lo hago porque no tengo certeza de nada”, comenta.

El edil agrega que, aunque ha hablado con el delegado regional de Bienestar, el funcionaro   “no sabe nada del nuevo censo, no se sabe si nos van a apoyar o ya no.

Después de un año sin respuesta, la gente no esperó  y comenzó a reconstruir con su propio dinero”.


Ayuda para  unos cuantos

A 40 minutos de Huatzolotitlán está Santiago  Jamiltepec, la otra población que resultó más afectada  por el sismo de febrero del 2018. Cuando a los pobladores se les pregunta si todos los damnificados recibieron apoyo del gobierno, algunos se ríen, otros  se molestan y no dudan en decir que sólo se benefició  a algunos seleccionados por la autoridad municipal y a  los familiares de las 14 víctimas  que  murieron al caerles encima el  helicóptero en el que viajaban Alfonso Navarrete, entonces secretario de Gobernación, y el gobernador Alejandro Murat.

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Foto: Roselia Chaca

 Antonia, por ejemplo,  tiene una tiendita en el centro de la ciudad y es de las que lamentan    la forma en que se repartieron los apoyos  federales: arena, varilla, cemento,  techos de láminas, tejas, entre otros materiales. Ella no recibió nada y  con su propios recursos levantó su casa.

“Hay que decir las cosas claras, aquí el responsable de dejar a mucha gente fuera de los censos no fue el gobierno federal, fue el municipal. Mucha gente que tenía sus casas de adobe no recibió nada, ahí siguen   dañadas. Yo no recibí nada, pero como es mi casa y estaba dañada, la tiré y levanté otra con mi dinero”, comenta señalando con la mano otras casas aún fracturadas.


Dos años sin glesias

En el interior del templo  de Santiago Apóstol, en Jamiltepec,  Valentín Ruiz y dos peones  avanzan lentamente en los trabajos de reforzamiento de los pilares y el aplanado.  Esta iglesia fue una de las 10 edificaciones con valor histórico que resultaron con daños   por el sismo en la Costa, según el  Instituto Nacional de

Antropología e Historia  (INAH). En este caso, las afectaciones alcanzaron  a 30% de su estructura e imágenes religiosas. Después del sismo, el INAH la apuntaló y desde entonces está cerrada a la población y al culto católico.

Valentín Ruiz y sus peones comenzaron a trabajar en la obra en noviembre de 2019 y todos los días envían fotografías de los avances al responsable del INAH en la ciudad de Oaxaca. No se tiene fecha para su conclusión, mientras las actividades religiosas las efectúan en una sede alterna.

“Sólo soy yo y mis dos peones, ya les dije que avanzaríamos más si meten más personal. Hace poco envié mi presupuesto de en  cuánto saldrían los trabajos, pero no me han respondido;  mientras sigo trabajando, ellos nos siguen pagando puntualmente”, explica el encargado de la obra

El palacio municipal de Jamiltepec, también con valor histórico, aún sigue en  reconstrucción, por lo que la autoridad municipal despacha en una sede alterna. Los familiares de los 14  muertos  y heridos a consecuencia de la caída del helicóptero, unas  horas después del sismo, no hablan más de lo sucedido. Tampoco dan detalles de los apoyos que recibieron del gobierno federal. Cecilia Rivas, la presidenta municipal tampoco quiso responder sobre los avances  o atrasos de la reconstrucción.

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Foto: Roselia Chaca

En cambio, en Pinotepa Nacional, otro de los municipios costeños afectados,  el director de Obras Públicas y Desarrollo Urbano del ayuntamiento, Ricardo Germán Ramírez, reconoce que hasta ahora no se tiene un segundo apoyo para la reconstrucción, pero explica que se debe a que  fueron pocas las viviendas dañadas y el gobierno federal sólo atendió en la primera etapa al municipio.

El inmueble que ocupa el palacio municipal de Pinotepa también sufrió daños, pero fue hasta el  pasado 2019  que la administración municipal invirtió recursos propios para su recuperación total. La  que sigue sin recibir atención por parte del INAH, señala,  salvo un apuntalamiento, es la fachada antigua de la iglesia principal del pueblo.

“La verdad, los campanarios tienen fisuras y están apuntalados, pero hasta ahí llegó el INAH, no ha tocado nada más. Para la reparación de la  parte moderna de la iglesia, donde ya no entra el INAH, los ciudadanos cooperaron, el pueblo la reconstruyó. La parte antigua sigue dañada”, detalla el funcionario municipal.

Para el constructor, las viviendas de Pinotepa Nacional resistieron un poco  más el sismo, debido a que desde hace más de 10 años levantan  sus edificios con mayores y estrictas reglas de construcción por estar en una zona sísmica; las  más  dañadas fueron edificaciones antiguas de adobe.

Pavel Meléndez, diputado estatal por Morena y  presidente de la Comisión Especial de Reconstrucción del Congreso de Oaxaca, reconoce  que a dos años del sismo,   la reconstrucción en la Costa,  va  demasiado lenta tanto en iglesias, escuelas y viviendas.

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Foto: Roselia Chaca

Después de un recorrido que se  realizó en julio de 2019    a cuatro municipios de la región, en la que supervisaron   más de 10 inmuebles históricos y escuelas, los diputados de la comisión  enviaron un exhorto al INAH para que atendiera,  de manera urgente, las obras y reactivara   los trabajos en algunos espacios. La misma petición se realizó ante el Instituto Oaxaqueño Constructor  de Infraestructura Física Educativa   (Iocifed)  y el Instituto Nacional de Infraestructura Física  Educativa  (Inifed), por la falta de conclusión en escuelas dañadas.

Hasta ahora, lamenta el diputado,  las cosas siguen igual.

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