Paro de labores en refinería acentúa crisis del Istmo

Proveedores y hoteleros fueron afectados por el cierre en Salina Cruz Consecuencias se sienten en 14 municipios del área de influencia de Pemex

ARCHIVO / EL UNIVERSAL
Municipios 16/07/2017 13:43 Alberto López Juchitán Actualizada 13:43

La suspensión de las operaciones de la refinería de Salina Cruz terminó por profundizar los graves problemas económicos que enfrentan los proveedores locales de la industria petrolera desde el año 2015. “Vamos de mal en peor”, sintetizaron por separado.

Tan sólo en 2016, “Pemex dejó de ejercer 230 millones de pesos para la compra de insumos, reparación y mantenimientos menores de sus plantas”, dijo el empresario José Luis Maldonado.

Los industriales de la construcción, que son compañías privadas especialistas en la colocación de torres y construcción de tanques de las plantas petroleras, reportaron pérdidas millonarias, tantas, que desde el 2016 han despedido a unos 10 mil obreros.

Rafael González Manríquez, uno de los contratistas de Pemex desde hace 16 años, explicó que la economía del Istmo va en picada, porque esos 10 mil despedidos ganaban, en conjunto, unos 80 millones de pesos mensuales que distribuían por separado entre sus familias.

Las afectaciones económicas que viven las empresas proveedoras de Pemex, dijo, se trasladan a unos 14 municipios del Istmo de Tehuantepec que están en el área de influencia de Pemex, como Juchitán, Tehuantepec, Unión Hidalgo, Ingenio Santo Domingo, Jalapa del Marqués, entre otros.

Hoteleros, otros afectados. De acuerdo con el representante de la Asociación de Hoteles y Moteles del puerto de Salina Cruz, Fidel Contreras, la suspensión de las operaciones de la refinería “vino a darle el tiro de gracia a los hoteleros”.

Antes del paro, provocado por la inundación que dejó la tormenta tropical Calvin el 13 de junio y el incendio de un día después, la industria hotelera del puerto tenía ingresos diarios de 81 mil pesos. Ahora los ingresos son de 16 mil 200 pesos por día.

La industria hotelera de Salina Cruz, que cuenta con 18 hoteles y oferta unos 400 cuartos, empezó a sufrir la falta de inversiones en el sector petrolero “desde antes del 2016, cuando llegaban directivos y especialistas de las compañías contratadas por Pemex”, dijo Contreras.

“Con el incendio, el negocio se acabó. Hemos despedido a nuestro personal. Ahora sólo se ocupan dos habitaciones por día. No sale para la nómina y por esa razón, dos hoteles cerraron”, señaló.

Proveedores, en jaque. Todos los proveedores locales de Pemex “estamos en jaque, paralizados. No sabemos cuándo se dará la apertura para volver a trabajar con la refinería”, explicó José Luis Maldonado, quien suministraba a Pemex servicios eléctricos y de refrigeración.

Los proveedores de agua, papelería, de servicios de cómputo, de la rama metal mecánica, las constructoras, los talleres para los vehículos de Pemex, todos viven la parálisis desde hace un año y todo se agudizó tras el incendio, añadió.

La empresa d   e José Luis Maldonado tenía, antes de 2016, contratos anuales de 800 mil pesos con Pemex. “Después nada, nada y tuve que despedir a buena parte de los trabajadores. Unos jalaron para Estados Unidos y otros andan ahí de taxistas”, señaló.

Por su parte, el constructor Rafael González Manríquez reveló que el paro de la refinería “nos vino a joder más” porque desde fines de 2015 Pemex dejó de darle mantenimiento a sus instalaciones como el cambio de tuberías y la protección anticorrosiva.

Las 26 compañías locales dedicadas al mantenimiento de calentadores, torres y tanques recibían contratos de hasta 100 millones de pesos por año, hasta antes del 2015. Durante el año 2016 ya no hubo dinero de Pemex y la economía de Salina Cruz se debilitó, dijo.

“Mi compañía llegó a tener contratos por 70 millones de pesos al año, pero después de 2015, cuando teníamos mil obreros, empezamos a despedir al personal y ahora, después del paro, solo tenemos 60 trabajadores en la nómina”, explicó González Manríquez.

Por separado, José Luis Maldonado y Rafael González criticaron que Pemex haya dejado a las compañías locales fuera del programa de contrataciones para la limpieza general de la refinería. “Si estábamos jodidos, ahora Pemex nos jodió más porque contrató a empresas foráneas para realizar los trabajos de limpieza de la refinería. Son trabajos que nosotros podemos hacer”, señaló González Manríquez, representante de Construcciones y Desarrollos del Istmo.

Afectados por contaminación. Desde el 14 de junio, cuando cayó la lluvia negra en Salina Cruz, al mezclarse las partículas de hollín y el aguacero, y tras varios derrames de los derivados del hidrocarburo que desbordaron los diques de la refinería, los restauranteros de La Ventosa sufren la contaminación.

“La gente ya no viene. Allá por 2014, aquí vendíamos unos dos mil pesos por día. Ahora sólo entre sábado y domingo le pegamos a los mil pesos. Entre semana nada”, lamentó Constantina.

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