El sismo más fuerte que ha golpeado a Pinotepa
Ni Pinotepa Nacional ni ninguna de las comunidades del litoral oaxaqueño, cuenta con alerta sísmica
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De lo único que están seguros los habitantes de Pinotepa Nacional es que el sismo que sacudió la costa oaxaqueña a las 17:39 de este viernes es el más fuerte que han sentido a lo largo de todos sus años. No saben nada más, porque desde ese momento las comunidades costeras quedaron sin electricidad.
El movimiento de la tierra los agarró desprevenidos. Al principio se sintió como un leve meneo que se mantuvo por varios segundos, obligándolos a abandonar las casas y refugiarse en los patios y las calles.
Aunque oficialmente el temblor alcanzó una magnitud de 7.2 grados en la escala de Richter, pobladores como Carlos Martínez aseguran que la fuerza de la sacudida no se compara con la que se sintió con el terremoto del 7 de septiembre pasado, ni con la de los sismos que golpearon la costera de Pinotepa en 2012. “Rebasó el sismo de septiembre, rebasó el de 2012, la gente lo considera como el más fuerte en muchos, muchos años”, asegura.
Casas de la costa de Oaxaca sufrieron daños estructurales.
A la hora exacta en la que la tierra crujía Carlos se preparaba para viajar a Santa María Huazolotitlán, una comunidad asentada en el litoral del Pacífico donde el primer viernes de Cuaresma se celebra una de las ferias más grandes la región, evento que finalmente se canceló.
Carlos explica que aunque en días previos la región había sido sacudida por una serie de temblores de hasta 5 grados, el sismo de este viernes de Cuaresma los agarró de imprevisto, pues ni Pinotepa ni ninguna de las comunidades del litoral oaxaqueño cuenta con alerta sísmica. “Esto es lo que más nos preocupa, nos agarró desprevenidos, haciendo nuestras actividades cotidianas”.
Carlos, de 36 años, es reportero del medio Noti Costa Oaxaca, por lo que después del sismo recorrió algunas de las comunidades afectadas. Cuenta que poco a poco se fue enterando de los daños. Casas y bardas caídas, personas con heridas leves, crisis nerviosas e incluso reportes de picaduras de abejas, pues el sismo tiró panales y los insectos atacaron a quien estaba cerca.
Minutos después de la sacudida las calles de las comunidades costeras quedaron vacías. Carlos explica que la gente de la región sabe que ante un sismo intenso, las autoridades deben desalojarlos de sus viviendas por el riesgo de que la fuerza de la tierra alcance el agua y regrese con furia al litoral.
Clínicas y hospitales de la región también presentaron fisuras y daños fuertes en las paredes.
En parte, dice, eso explica el miedo que se percibía en los pueblos. “La gente tiene muchísimo miedo, la mayoría. Ahora he recorrido muchas comunidades, ahora estoy en San Andrés Huaxpaltepec y la gente paró todas sus actividades del primer viernes de Cuaresma, la feria, todo. Ahorita la gente está buscando un lugar para dormir por miedo a que vuelva a temblar” señala. El miedo de la gente no es infundado pues según el Sismológico Nacional, hasta las 23:30 de la noche se habían registrado 261 réplicas, algunas de hasta 5.9 grados.
La percepción del miedo no sólo es de Carlos. Obed Martín Ortiz, ex delegado de Protección Civil en la región, cuenta que aunque están acostumbrados a las sacudidas, nunca alcanzan esta magnitud. Obed dice que él reposaba la siesta en su hamaca cuando el temblor lo obligó a levantarse de prisa. “Si es normal que tiemble, pero no así. Vino lento y luego arreció”. Dice que las cosas al interior de su casa quedaron todas revueltas, pues se comenzaron a caer con tal fuerza que prefirió salir corriendo. “Salí y en mi calle vi que de cinco casas, cuatro tenían fisuras y daños, y sólo una se colapsó. Se fue la energía y se cayó la señal de celular.”, recuerda.
A las 10 de la noche, cuatro horas después del sismo, las comunidades del litoral como José María Morelos, Pinotepa, Puerto Escondido y San Andrés Huaxpaltepec seguían sin energía eléctrica. De acuerdo con la CFE, unas 110 mil viviendas de Oaxaca padecieron apagones y cortes de luz luego del temblor. Además, los pueblos se mantenían incomunicados, pues la carretera federal 200 que une a Pinotepa con Puerto Escondido, quedó bloqueada por el desgajamiento de un cerro a la altura del paraje “Río Arena”. Ésta era precisamente la carretera que Carlos recorría y que hasta anoche le impedía volver a Pinotepa.