Hasta antes de la creación de la Guardia Rural, en la zona oriente del Istmo se registraban por semana hasta tres casos de robo de ganado en cada rancho, después de que la Policía Rural comenzó con la vigilancia el abigeato disminuyó, explica Margot Nolasco, presidenta de la asociación ganadera de Zanatepec.
Ahora, asegura que tras el desarme de la Guardia Rural los ganaderos se sienten en abandono. “Somos como 800 ganaderos y vamos a organizarnos para cuidar nuestro patrimonio”, dice.
Por esa situación, señala que los ganaderos de la zona oriente tienen pensado organizarse y así cuidar del ganado que les permite ser productorees de carne y leche. “Invertimos hasta 25 mil pesos por cabeza y no podemos dejar que otros vengan y se roben nuestras vacas”, expresa.
Margot Nolasco también afirma que hablarán con los representantes de la Ugrit para buscar mecanismos legales que permitan el funcionamiento de la Guardia Rural.
Debido al incremento de los índices delictivos en el sur de la entidad oaxaqueña, desde el domingo tres de junio de este año se puso en marcha el operativo Fuerza Especial de Seguridad Oaxaca, que dispone de 500 elementos federales y estatales.
Aunque Jorge López Guerra, presidente la Ugrit, asegura que los ganaderos valoran ese operativo, señala que el patrullaje de la Fuerza Especial no llega a las zonas rurales de los ranchos.
Por esa razón, dice, acudirán a los mandos militares de la Sedena en la Ciudad de México con la finalidad de que la Guardia Rural sea restituida y armada.
Además, la directiva de la Ugrit solicitará el apoyo de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas para que la Guardia Rural vuelva a vigilar los caminos y ranchos establecidos en el Istmo, región que concentra unas 800 mil cabezas de ganado bovino, casi la mitad del millón y medio que existen en el estado.
“No podemos dejar a los ganaderos en la indefensión. Vamos a buscar los mecanismos legales para proteger la integridad de la familia ganadera y su patrimonio”, señala López Guerra.