Enviado por evlin.aragon en Dom, 05/20/2018 - 11:06
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La casa de Teresa fue construida con superadobe (tierra con agua que se introduce en una bolsa alargada de polipropileno apisonado), al que se le añaden tubos para formar estructuras. Mide 49 metros cuadrados en el interior (FOTOS: ROSELIA CHACA)
20/05/2018 11:06
Roselia Chaca

La zapoteca Teresa Guzmán Antonio, de Asunción Ixtaltepec, es la primera beneficiada con una casa ecológica y resistente al sismo, que construyó un grupo de profesionistas mexicanos, quienes radican fuera del país y pertenecen a la Red Global Mx.

Teresa, de 56 años de edad, forma parte de los mil 623 habitantes de Ixtaltpec que perdieron completamente sus viviendas durante el sismo de 8.2 grados el 7 de septiembre de 2017. Del gobierno federal recibió 120 mil pesos para reconstruir su patrimonio, pero no fue suficiente, así que la organización aportó la otra mitad para su nuevo hogar, que fue bautizado como “casa panal”.

La zapoteca esperó más de siete meses hasta tener nuevamente una casa, una vivienda que la hace sentir feliz y hasta envidiada. “Mi casa es hermosa. Soy la primera en tener un hogar aquí en Ixtaltpec. Al principio se burlaban los vecinos por la forma, pero ahora que está terminada muchos quieren una. No sólo es fresca, es resistente a los terremotos”, explica mientras se sienta en su hamaca.

La iniciativa “De Corazón a Corazón”, que impulsa el científico Héctor Cabrera, originario de El Espinal, así como José Luis López y Luis Daniel Beltrán, llevó a cabo el proyecto para la construcción de casas con la técnica de eco-domos.

Esta técnica fue desarrollada por el Instituto para las Artes y la Arquitectura en tierra Cal-Earth de California, Estados Unidos, por parte del arquitecto iraní Nader Khalil y ha obtenido los más altos galardones por parte de la American Society of Civil, ya que su robustez, seguridad y sustentabilidad ha tenido éxito para superar las peores condiciones sísmicas y climatológicas que se han presentado.

El superadobe

La casa de Teresa tiene un domo central de cinco metros de diámetro que sirve de sala-comedor; dos domos de tres metros y medio, destinados a la cocina y el baño; así como un domo de cuatro metros para su recámara. En total mide 49 metros cuadrados en el interior y 70 por el exterior.

El superadobe es tierra con agua que se introduce en una bolsa alargada de polipropileno (material con el que se hacen los costales) apisonado, al cual se le añaden tubos para formar estructuras, el elemento de tensión es un alambre de púas en medio de los tubos y al final se trata como cualquier otro edificio para resanar.

Filiberto Lara, el encargado de dirigir la obra, explicó que entre sus ventajas es que mantienen una temperatura y humedad estable todo el año, entre los 16 y 18 grados, son frescos en verano y cálidos en invierno.

Crean un micro-clima interior que hace que no se necesiten sistemas de calefacción o refrigeración adicionales, resisten los desastres naturales como ninguna otra construcción, lo cual es de gran utilidad para la región del Istmo de Tehuantepec.

Los costos originales se estimaron en 130 mil pesos para realizarse en un tiempo de ocho semanas, pero debido a las labores de demolición y reconstrucción, la demanda de material creció y la mano de obra escaseó. El costo total ascendió a 230 mil pesos, la obra se retrasó tres meses.

Después de esta primera obra, se tiene contemplada la edificación de más casas de este tipo en varios puntos de la región.