Buscan salvar la lengua ngiba ngigua
Un comité regional inició actividades de rescate hace cuatro años, por lo que se implementó un plan de estudios en telesecundaria; está por egresar la primera generación de 28 alumnos
Edgar Hernández siempre se consideró mixteco. Originario de Tlacotepec Plumas, un municipio de la región con ese nombre, nunca pensó en otra respuesta sobre su origen hasta que un amigo, en Asunción Nochixtlán, le aseguró que sus raíces eran chocholtecas, no mixtecas.
Edgar pasó la mayor parte de su vida en la Ciudad de México hasta que decidió regresar a su comunidad, por lo que esta afirmación sobre su identidad le sorprendió y decidió no quedarse con la duda. En 2014 emprendió una investigación y confirmó que no era mixteco y tampoco chocholteco. Él, su familia y sus ancestros pertenecían a la nación ngiba ngigua.
Cinco años después, Edgar encabeza un movimiento que derivó en la creación del Comité Regional de Cultura y Lengua Ngiba Ngigua el 8 de mayo de 2015. Dicho comité busca no sólo revitalizar la lengua que está en peligro de extinción, también todos los elementos culturales y ancestrales que hay alrededor de su pueblo.
“No nos gusta mucho que nos digan chocholteco porque es algo peyorativo. Fue la forma en que nos nombraron los españoles, porque nos negábamos a colaborar y por eso nos pusieron ‘chochos’, que significa flojos, chaparros”, explica.
A cuatro años de iniciar la revitalización de la lengua y la batalla por recuperar su identidad, empiezan a reflejarse los primeros resultados. Este año egresará una generación de 28 estudiantes de telesecundaria, a quienes se les enseñó el ngiba ngigua; no todos lograron hablarlo, pero es un avance.
El proyecto del comité regional, explica, busca enseñar la lengua y todos los elementos culturales de su nación, desde el preescolar hasta el bachillerato. Luego de esta primera generación que egresa, sigue otra que ha recibido las clases desde la primaria.
El ngiba ngigua, nombrado erróneamente como chocholteco, es una de las lenguas indígenas que están por desaparecer. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2015 quedaban apenas 814 hablantes. Edgar Hernández sostiene que quedan entre 50 y 60, no más.
“Hay que ser realistas. Los censos nos dicen que hay más hablantes y puede haber más, pero dispersos en otros municipios, en México y en Estados Unidos. Pero en los pueblos, en la nación en donde viven son 50 o 60”, destaca.
El pueblo ngiba ngigua se ubica en la zona norte de Oaxaca, en una microrregión de la Mixteca conformada por 18 municipios: 13 en el distrito de Juxtlahuaca y cinco en el distrito de Teposcolula.
Entre los municipio figuran Tepelmeme Villa de Morelos, San Miguel Tequistepec, Santiago Ihuitlán Plumas, Santa Cruz Calpulálpam, San Juan Bautista Coixtlahuaca, Santa María Nativitas, San Miguel Tulancingo, Concepción Buenavista, San Cristóbal Suchixtlahuaca, Tlacotepec Plumas y Teotongo, entre otros.
“Estamos emparentados con los popolocas de Tehuacán, de toda esa zona de Puebla. Era un sólo grupo, era la rama chochopoloca y hace aproximadamente 800 años se dividieron. También estamos emparentados con el ixcateco de Santa María Ixcatlán, cuya lengua también está en peligro, creo que sólo quedan dos hablantes”, refiere.
La revitalización de la lengua y de la identidad de los ngiba ngigua emprendida por el comité regional no inició de cero. Antes de ellos, un grupo de profesores de la Sección 22 el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) desarrollaron material didáctico, libros, un alfabeto y una estructura básica que adaptaron al español.
“Es un trabajo muy valioso y con ese estamos trabajando, desgraciadamente, se dedicaron a la pura lengua. Entonces, nosotros retomamos su trabajo y empezamos a implementar talleres”, relata Edgar Hernández, quien confía que en unos años todos aquellos con quienes comparte origen puedan responder que pertenecen a la nación ngiba ngigua.