Él no se anda con rodeos. Tiene medio siglo elaborando pirotecnia de doble trueno y de luces que en el cielo dibujan la flor llamada crisantemo. Para el otro año, en 2021, pronostica, las Velas de mayo tendrá un mayor auge.
“Cuando los integrantes de las mesas directivas de todas las Velas acordamos con las autoridades municipales de Juchitán la suspensión de nuestras festividades, muchos socios se entristecieron”, comenta la tesorera de la sociedad de la Vela Guigu Dxita, Alma Delia Lagunas Pineda.
La fiesta en honor a la Santa Cruz Guigu Dxita debió realizarse el pasado 1 de mayo: “Los socios estamos convencidos de que para 2021 vamos a realizar la Vela con ánimos renovados, con alegría, porque vamos a superar la pandemia con disciplina, con sacrificios y con la esperanza de salir hacia adelante”, reitera Alma.
En los primeros días de mayo debieron realizarse, sólo en Juchitán, entre siete y diez Velas.
La profesora jubilada y presidenta de la sociedad de la Vela San Vicente Ferrer, lado norte, Geraldina Santiago Velázquez, recuerda que tras el terremoto de septiembre de 2017, las fiestas se suspendieron en 2018 “y apenas el año pasado empezamos a recuperarnos económica y anímicamente”.
“Preferimos, del lado de las autoridades municipales, poner en primer lugar la salud de nuestra gente. Sí, las Velas generan derramas económicas en todos los sectores, pero por encima de todo está la salud y por esa razón tenemos confianza en que pronto vamos a superar la pandemia y el miedo”, afirma.
Como parte de las festividades que el mes de mayo envuelve a Juchitán y a los pueblos del sur de Oaxaca, con sus elegantes bailes nocturnos que atraen el turismo nacional y extranjero, también se suspendieron las regadas de frutas con carros alegóricos y corceles.
Luego de la trasnochada alegre, en las siguientes horas, en medio del desvelo, empieza la tradicional tirada de fruta que congrega a miles de personas en las principales calles.
Ahí van los capitanes de cabalgata montados en caballos que rentan por 5 mil pesos, al lado de sus acompañantes, reparten cubetas, franelas, latas de alimentos y un sinfín de artículos que nada tienen que ver con una regada de frutas, Entre ellos, las capitanas y sus 30 acompañantes, también regalan objetos desde un carro carnavalesco.
“Primero Dios, saldremos adelante. Espero que para mayo del año entrante, realicemos las Velas con con más alegría”, expresa Antonio Luis Aquino, quien desde hace más de 35 años ornamenta con jicalpextles, carretas, tallos de plátanos y palmas los vehículos que, con la mujeres engalanadas, circulan por las calles, donde miles de persona, esperan un regalo.
“Estamos viviendo momentos duros, apretados”, confiesa Antonio, conocido como Toñito, quien en este mayo perdió unos 10 contratos de arreglos. Unos de 10 mil pesos y otros de 20 mil pesos.