Los panteones Domingo de Ramos y Miércoles Santo no tienen espacio para recibir nuevas inhumaciones, lo que llevó al gobierno municipal a adquirir dos predios para que las familias sepulten a sus muertos.

En el cementerio Domingo de Ramos, donde hay unas 7 mil sepulturas con construcciones que semejan a pequeñas viviendas, solamente quedan disponibles 20 espacios y por esa razón, informó el director de Panteones del ayuntamiento, Delfino Morales, algunas familias quisieron comprar anticipadamente dichos lotes.

Al respecto, el funcionario informó que  dicha posibilidad no existe, pues los espacios se venden una vez  procesada la inhumación. El costo entre entierro y con la constancia de perpetuidad es de casi 2 mil pesos, explicó. Para sustituir este panteón, el ayuntamiento  juchiteco tuvo que comprar  otro predio en el sector oriente de la ciudad, donde actualmente se realizan los trabajos de compactación del terreno y su protección con una malla perimetral.

La historia se repite en el caso del cementerio Miércoles Santo, ubicado en la Octava Sección de la ciudad, que cerró sus puertas para las inhumaciones desde marzo de 2017, pero la autoridad  municipal hizo una excepción  tras el terremoto y  permitió el entierro de 12 personas que fallecieron al desplomarse la vivienda donde dormían.

Actualmente, en este panteón se puede enterrar  a más cuerpos en espacios “reciclados”, siempre y cuando la última inhumación tenga una antigüedad de siete años y se cubra un pago de  300 pesos.

Ante el cierre del Miércoles Santo, el gobierno municipal adquirió el año pasado un predio en la parte poniente de la ciudad,  donde construyó el pórtico y la barda para delimitar las cuatro hectáreas, pero el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) suspendió la obra y prohibió la construcción del cementerio, debido a que la zona guarda vestigios zapotecos.

Frente a la necesidad de un nuevo panteón, las  autoridades adquirieron un nuevo predio de tres hectáreas, también en la Octava Sección, con un costo de 2.5 millones de pesos, donde ahora se construye el cementerio Lunes Santo. 

Actualmente, cuenta con el pórtico y una malla metálica que rodea el perímetro, mientras hombres trabajan  con maquinaria para  acondicionar el terreno.

Inversión millonaria. 

Los tres predios que se adquirieron para que las familias de Juchitán entierren a sus muertos, los dos que serán panteones y el que inhabilitó el INAH, tuvieron un costo  total de 6 millones  879 mil pesos, y los recursos forman parte de los 65 millones de pesos que pagó la empresa Eólica del Sur, para que se le permitiera la construcción del parque eólico Bii Niza.

“Los dos nuevos panteones quedarán listos antes de que concluya esta administración y serán entregados a las nuevas autoridades”, señaló el secretario municipal, Óscar Cruz López; no obstante, aún falta que se tracen  los accesos laterales y la entrada principal. 

Aunque se habiliten estos nuevos recintos, las autoridades informaron que el panteón Domingo de Ramos, donde yacen los restos de personajes históricos, como el general Heliodoro Charis Castro —quien combatió contra Victoriano Huerta y se sumó a las fuerzas de Álvaro Obregón—, el escritor Gabriel López Chiñas y los compositores Eustaquio Jiménez Girón y Heber Rasgado, mantendrá sus puertas abiertas para que las familias visiten a sus muertos.

De igual forma, el panteón Miércoles Santo, donde descansan los restos de juchitecos ilustres, como el compositor Saúl Martínez, el diplomático, militar y poeta Enrique Liekens Cerqueda, y el escritor, poeta y periodista Macario Matus, seguirá abierto al público.