Con recreación de ritual, niños y jóvenes zapotecas viven el eclipse

Municipios 21/08/2017 16:27 Roselia Chaca Juchitán de Zaragoza, Oaxaca Actualizada 16:47

La actividad se realizó por iniciativa de la poeta Natalia Toledo en la Séptima Sección, la zona más violenta de Juchitán

Fotos: Roselia Chaca / EL UNIVERSAL

Fotos: Roselia Chaca / EL UNIVERSAL

Un grupo de niños y jóvenes zapotecas de esta ciudad del Istmo de Tehuantepec recreó un antiguo ritual, con el ruido de tambores y cacerolas para ayudar al sol, Gubidxa, ganar la lucha contra la luna, Beeu, durante el eclipse de hoy.

La actividad se realizó por iniciativa de la poeta Natalia Toledo en la Séptima Sección, la zona más violenta de Juchitán, para acercar a los niños a los rituales que han desaparecido y recordarle a los adultos que los ancianos participaban tenían un remedio para ayudar al sol a ganar la batalla por la conservación de la vida.

"Como todos los grupos humanos, los zapotecas del Istmo tienen rituales para fenómenos naturales, como los eclipses. Los antiguos zapotecas, expertos astrónomos, tenían calendarios rituales que pronosticaban las fechas precisas de estos fenómenos para evitar las calamidades en la vida diaria, bebés y embarazadas.

“El eclipse era considerado una lucha entre el sol y la luna, apostándole al sol el triunfo para la renovación y fortalecimiento de la vida, por eso hacemos ruido para ayudar al sol a ganar", explicó la poeta bilingüe y Premio Nacional de Literatura Indígena.

Los niños y jóvenes que participaron en la recreación del ritual utilizaron cacerolas, tambores, caparazón de tortuga, botes, flautas de carrizo para hacer todo tipo de ruido. Salieron del callejón de Los Pescadores hasta la calle Libertad para completar el ritual.

"Para ayudar al sol en su lucha contra la luna, se hace ruido con tambores, con flautas, con la boca, con todo tipo de objetos metálicos. Así el astro rey sabría quién lo apoyó y a esos el sol les otorgaría su gracia. Al final de la lucha, los participantes salían renovados y fortalecidos con el sol en su trayectoria", explicó a su vez el historiador Gubidxa Guerrero.

De acuerdo con Fray Juan de Córdova en su libro del “Arte de la Lengua Zapoteca”, durante el eclipse, las embarazadas no podían salir de sus casas, debían de colgarse cintas rojas para evitar que los hijos nacieran con labios leporinos; los que nacen así son considerados hijos del sol, porque éste les comió los labios durante el eclipse. También menciona que durante el fenómeno los enanos eran buscados para sacrificarlos por ser también hijos del sol.

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