Niños ikoots dan vida a juguetes ancestrales

El proyecto Juegos y Juguetes Tradicionales de San Mateo del Mar fomenta el uso de materiales naturales que nacen en esta comunidad de pescadores

Municipios 22/12/2019 10:22 San Mateo del Mar, Oaxaca Actualizada 17:47

“Poj” (tortuga), gritan a todo pulmón en ombeayiüts un grupo de niños ikoots de primer grado de primaria, en medio del salón de clases de la escuela bilingüe Emiliano Zapata, mientras presumen sus juguetes en forma de tortugas elaborados por ellos mismos con el cascarón duro del fruto del morro.}

En el piso de la misma aula están colocados muñecos de totomoxtle (cobertura seca de la mazorca del maíz), sujetados con unos palitos que simulan pequeños personajes de marionetas que los niños mueven a su antojo mientras cuentan historias.

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Foto: Roselia Chaca

Las tortugas, los muñecos, las maracas, papalotes y rehiletes son algunos de los objetos que a lo largo de tres meses elaboraron estos 400 niños como parte del trabajo de rescate de juegos y juguetes tradicionales que implementan en este centro educativo.

Por falta de libros y materiales

La escuela bilingüe Emiliano Zapata es la más antigua de la población de San Mateo del Mar, comunidad ikoots cuyo pueblo es de origen centroamericano, según algunos estudios, y que llegaron hace miles de años a esta franja de tierra abrazada por la laguna Superior y el océano Pacífico.

En esta época del año, los vientos en este dedo de tierra que parte las aguas llegan a alcanzar velocidades de más de 150 kilómetros por hora y envuelven a los habitantes en una capa na de tierra. Las aulas no se salvan del polvo, mucho menos porque muchas de ellas no cuentan con ventanas y los maestros tienen que ingeniárselas para colocar cartón o bloques de carrizo para cubrir un poco a los niños y el material didáctico que elaboran.

No es el único reto que enfrentan. Acusan que son víctimas de discriminación, porque a ellos les llegan prácticamente los libros gratuitos que le sobran a la Secretaría de Educación Pública (SEP), pues al ser escuelas bilingües no sólo son los últimos en recibir el material educativo, sino que éste les llega incompleto. No es la primera vez que les pasa, en el anterior ciclo escolar los niños de segundo grado no recibieron sus libros. 

“Hemos tenido un problema recurrente, no nos completan los libros para todos los niños. En este ciclo llevamos tres meses y sólo 60% de los alumnos recibieron sus libros, otros, como los de primer grado, sólo recibieron dos de un total de cinco. Los que llevan nueve libros, recibieron entre tres y cuatro. El argumento es que no hay más en las bodegas, ni de Oaxaca ni de Ixtepec”, dice molesto el director Claudio Quintanar Gonzales.

Ante esta situación, los maestros como Lesvia Esesarte Baloes buscaron suplir los faltantes de libros con estrategias didácticas para enseñar y, de paso, reforzar la lengua ombeayiüts, además de las tradiciones y costumbres del pueblo ikoots.

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Foto: Roselia Chaca

Así es que, como parte de este esfuerzo, se acordó implementar en este ciclo escolar el proyecto Juegos y Juguetes Tradicionales de San Mateo del Mar, donde los niños aprendieran a elaborarlos con materiales naturales que nacen en esta comunidad de pescadores.

Los muñecos de totomoxtle

A diferencia de las niñas zapotecas, el pueblo con más presencia en el Istmo de Tehuantepec, cuyos días eran acompañados por las muñecas de trapo y de madera, conocidas como Pancha yaga (Pancha de madera), las niñas ikoots crecían en otro tiempo acompañadas por muñecas elaboradas con hojas de totomoxtle y algunos juguetes que se fabricaban con conchas del mar.

“Las abuelas recuerdan que hacían sus propias muñecas con las mazorcas, con el totomoxtle, porque las muñecas de plástico entraron a la población no hace tantos años, por eso se retomó ese juguete especial”, comenta la maestra Lesvia mientras muestra las piezas de primer grado.

Agrega que los niños hicieron tanto personajes femeninos como masculinos y que los niños más grandes, los de sexto grado, representaron a los padrinos de una boda. En casi todos los casos, con la ayuda de los padres de familia, completa la docente. 

La maestra Elsa Silva Manleón, de quinto grado, escucha de sus alumnos Osvin José, Ingrid Celeste y Melina el tiempo que les tomó elaborar sus propuestas en totomoxtle y lo que representan para cada uno.

La educadora argumenta que, a través de esta actividad, los niños conviven con sus padres en la etapa de elaboración, desarrollan habilidades creativas e investigan sobre la cultura, la vestimenta y tradiciones para aplicarlos en sus propuestas. Además, aprenden nuevos términos en ombeayiüts, por ejemplo, entienden la diferencia en la lengua entre una tortuga marina y una tortuga terrestre.

Los juguetes los llevan a desarrollar temas importantes que ayudan a reforzar en los niños su identidad

“Los niños aprenden los nombres de animales, sobre todo marinos, que representan en forma de juguetes con el cascarón del morro. Este fruto de la zona se retoma con un fin de diversión, pues además se utiliza como utensilio de cocina y medicina tradicional para curar la tos. Aquí los niños los convirtieron en tortugas, langostas, arañas, peces globos, entre otros animales”, explica Lesvia Esesarte.

Papalotes y rehiletes

El papalote es otro de los elementos que elaboraron los niños ikoots como parte del programa. Este juguete lo utilizaron con fines culturales, pues en la celebración del Día de Muertos volaron los papalotes como parte del ritual para “bajar” el alma de los muertos para la convivencia terrenal.

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Además del juego, aprendieron que es un elemento que los pescadores utilizan en temporada de fuertes vientos para lograr una mejor pesca en alta mar, pues los grandes papalotes que miden metro y medio se sujetan a las redes y el viento se encarga de arrastrarlos mar adentro donde los productos son más abundantes.

Esta forma de pesca es exclusiva de los ikoots. “Aprenden coordenadas, tipos de viento, el aspecto cultural y religioso, habilidades de corte y medidas, sobre la pesca que es la actividad primaria de San Mateo del Mar. Conocen sobre la energía eólica con los rehiletes, un tema relacionado con la defensa de la tierra y el territorio.

Los juguetes los llevan a desarrollar temas importantes que ayudan a reforzar en los niños su identidad”, dice la docente.

La maraca de Los Malinches

Otro de los juguetes elaborados por los niños son las maracas de morro que se rellenan de semillas y se les cuelgan cintas de colores en el extremo. Este instrumento es utilizado en la danza Los Malinches, una de las más importantes de los ikoots y que aún se baila en tres de los pueblos del Mar: San Dionisio, San Francisco y San Mateo.

En este caso, este instrumento acerca al niño a la historia musical y ritual, pues es un baile creado en la época de la Colonia que aún se conserva.

Se baila al son de la música de un violín y dos tambores, el danzante lleva en la mano derecha la maraca y en la mano izquierda una daga.

Los participantes se cuelgan listones de varios colores, se cubren la cabeza con una especie de gorro picudo que tiene una pluma de ave en la punta, además de colocarle en el frente un espejo y monedas.

Todas estas actividades que rescatan docentes como Lesvia Esesarte, quien recientemente ganó el premio CaSa en poesía en lengua ombeayiüts, también forman parte de la propuesta pedagógica alternativa denominada Plan para la Transformación de la Educación en Oaxaca (PTEO), construida por la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en 2012.

Esta primaria se sumó después y ahora todos los años el comité de maestros plantea en asamblea los temas que implementarán con la anuencia de los padres, encaminadas a robustecer la identidad ikoots y el rescate del ombeayiüts. EL UNIVERSAL Oaxaca 

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