Tienen daños 148 escuelas de la Cuenca
En la primaria Roberto Colorado se turnan para tomar clases entre tarimas con hules; se exponen a lluvia, ruido y hasta el excremento de las aves
Con polvo, excremento de aves, salones de tarimas y otros con techos agrietados, más de 600 alumnos de la escuela primaria Roberto Colorado de Tuxtepec reciben clases desde hace más de dos meses, tras el sismo del 19 de septiembre.
La semana pasada, al grupo de la maestra Miranda, de primer grado, le tocó tomar clases en los salones improvisados en la explanada de la escuela que fueron levantados con tarimas viejas cubiertas por hules; los 13 grupos de diferente grados se turnan cada semana para estudiar ahí, con todos los factores en su contra.
El sismo de 7.1 grados causó daños en nueve aulas de la escuela que tiene 80 años desde su fundación. Además, un salón fue demolido y cinco clausurados por su estado; el resto presenta grietas en paredes y techo.
Un reporte del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) indica que en la Cuenca son 148 escuelas afectadas con daños severos y todas ya se atienden.
Padres resuelven el problema
Debido a que la nave de aulas más afectadas se ubicaba en el acceso principal, se habilitó la entrada trasera; pero ante las lluvias de septiembre y octubre el paso se bloqueó, lo que provocó la suspensión de clases.
El director del plantel, Vicente Tapia Armendáriz, señala que debido a la contingencia por el sismo, el IEEPO sólo respondió con la supervisión de ingenieros del área de Ser vicio Educativos, quienes resolvieron que cinco salones debían cerrarse por su alto grado de afectación, mientras que otro más requería demolición.
Luego de tres semanas sin respuestas, los padres decidieron efectuar la demolición de la zona dañada y habilitar aulas para reiniciar clases, eso también significaba tener acceso por la parte principal.
Los tutores consideraron como una opción la construcción de salones con viejas tarimas y hules para evitar ocupar los espacios dañados. El pasado 11 de octubre se demolió una parte de la escuela para reiniciar el curso cinco días después. Uno de los grupos tiene en su contra el ruido de los camiones —que pasan a menos de 100 metros—, la lluvia y el intenso calor.
La docente Miranda señala que dar clases en un ambiente sin condiciones propicias ha originado en los niños algunos padecimientos en las vías respiratorias, al tiempo que conviven con excremento de las palomas que cae sobre las paredes de hules e incluso sobre sus cuadernos.
Como medida para mitigar el problema, padres de familia y la dirección escolar decidieron ocupar algunos salones a pesar de que presentan grietas en techos y paredes; esto, con el fin de dejar en la explanada el menor número de grupos.
Cada semana, explica el director, los grupos ocupan las aulas de la explanada, lo que representa mudanzas de material y, en ocasiones, del propio mobiliario.
La improvisación de aulas también se registró en la escuela primaria Jorge L. Tamayo, donde también tarimas y cortinas forman los salones que comparten la pared con la barda de la institución.
Realizan protesta
Ante el hartazgo de ser ignorados, padres de familia y docentes de la escuela Roberto Colorado comenzaron una serie de protestas para exigir al gobierno estatal la construcción de 12 aulas, tres de estas para compensar la falta de espacios por la saturación del plantel. El director asegura que ante la demanda que tiene la escuela, desde hace tres años, se habilitaron como salones la dirección, la sala de cómputo y la biblioteca, situación que el IEEPO tampoco atendió.
Tapia agrega que durante la audiencia del gobernador Alejandro Murat en Tuxtepec, el pasado 17 de octubre, se volvió a aprobar el dictamen que señala las afectaciones en la escuela; sin embargo, a la fecha no existen avances que den luz a una solución.
