En Juchitán, asaltos pegan a reparto a comercios y ruta de autobuses

Robos constantes a repartidores y al transporte tienen casi sitiada a la ciudad, debido al temor de entrar

Fotos: Alberto López Morales / EL UNIVERSAL
Municipios 30/08/2019 09:03 Alberto López Morales / Corresponsal Juchitán Actualizada 09:03

Desde hace  más de un año, a  Margot no le surten panes, galletas y lácteos en  su negocio, y menos le cambian los productos caducados. Los repartidores, dice, le explicaron que ya no van a entrar a Juchitán porque a cada rato son víctimas de asaltos.

La inseguridad que se vive en el Istmo y  en esta ciudad obligó a las autoridades a solicitar la presencia de la Guardia Nacional; sin embargo, los homicidios y  asaltos   continúan, según las denuncias ante las autoridades ministeriales y policiacas.

En ese contexto de asaltos y robos, sumados a los homicidios, las empresas que distribuyen cervezas y refrescos en las ciudades del Istmo pagan los servicios de vigilancia a la Policía Auxiliar Bancaria Industrial y Comercial (Pabic), “para proteger a nuestros trabajadores”, dice el dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Agencia Modelo del Istmo (Stami), Alfredo Linares.

Las empresas camioneras que prestan el servicio foráneo a las poblaciones del Istmo también buscan mecanismos para cuidar la integridad de los usuarios que viajan desde Juchitán a  otros  municipios, señala el presidente de la Alianza del Autotransporte Federal, Desiderio de Gyves.

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Nadie surte en Juchitán
Margot está molesta. Desde que le dejaron de surtir,  los distribuidores  no han ido a visitarla en su negocio, ubicado en el centro de esta ciudad, para cambiarle los productos que no se vendieron y que deben ser cambiados.
“No me contestan las llamadas y, cuando lo hacen, me piden que vaya al municipio de El Espinal, que ahí en la entrada me van a atender”, dice.

El Espinal se ubica a siete kilómetros de Juchitán, la escena ahí no deja  dudas del miedo que tienen los distribuidores; están enfilados al costado de la carretera, a bordo de sus camionetas.
“Un viaje a El Espinal cuesta 200 pesos, pero en lo que cargan los productos y los repartimos entre unos cinco comerciantes,  la cuenta llega a los 500 pesos, que deben pagar entre todos”, explica Raúl, uno de los dueños de las camionetas de alquiler.

En la mañana 14 camiones de cervezas comienzan a recorrer sus rutas  desde Juchitán a otros municipios,   detrás de ellos va una camioneta   de la Policía Auxiliar Bancaria y Comercial (Pabic), que depende del gobierno estatal.
Cada policía le cuesta a la empresa cervecera unos mil 400 pesos al día, y como no  todos los repartidores tienen la protección policiaca  son víctimas de asaltos. “Les roban la cuenta que a veces asciende a 15 mil pesos, se roban las cervezas y golpean a nuestros compañeros”, refiere Alfredo Linares, dirigente sindical.

 Por ello, desde hace tres años el Sindicato de Trabajadores de la Agencia Modelo del Istmo (Stami) presionó a la empresa para que contratara los servicios de la Pabic.

Autobuses de pasajeros, otro punto
Pese al despliegue de  corporaciones policiacas, los asaltos en contra de los transportistas foráneos y de pasajeros se mantienen, denuncia el presidente de la Alianza del Autotransporte Federal, Desiderio de Gyves.
Lamentablemente, precisa, desde hace  más de un año la Policía Federal dejó de invitarnos a las reuniones mensuales, donde se analizaba  la forma en que operan los delincuentes.

También, detalla, cada que hay bloqueos de carreteras (hasta el jueves se contabilizaban 120 en el Istmo), los delincuentes asaltan  los  autobuses parados a orilla de las vías, tanto a conductores como a   pasajeros.
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de enero a julio en  Oaxaca suman 26 mil 70 delitos y sólo en julio se contabilizaron 3 mil 844 delitos contra 3 mil 701  de junio.
 

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