Entre lonas y escombros reciben zapotecas de Juchitán a sus muertos
Pese a los daños estructurales de muchas viviendas, las familias adecuan sus ofrendas para celebrar estas fechas como la marca la tradición
Las paredes de lonas grises y el techo de lámina resguardan la ofrenda de doña Margarita Vicente Toledo, conocido entre los zapotecas del Istmo de Tehuantepec como biguie’, ritual prehispánico que sólo se practica en Juchitán y está relacionado con el calendario religioso de los zapotecas, que constaba de 260 días.
Los familiares de doña Margarita, “Güera Paloma”, como la conocen en el barrio de Las Limas de esta población, improvisaron el pequeño cuarto para recibirla esta noche de muertos, que más dieran recibir su alma en medio de la casa familiar como lo dictan las costumbres, pero el terremoto del 7 de septiembre echó abajo el patrimonio que ella construyó a lado de su esposo Paulo Vásquez.
“Pues con mucho sacrificio hicimos con lonas y láminas este cuartito para recibir a mi madre, sobre todo por petición de mi padre, él insistió que era necesario recibirla, aunque no tengamos una casa, ella iba a comprender, pero teníamos que recibirla con su comida y sus rezos, y aquí estamos esperándola, pobremente, pero la esperamos porque la amamos”, explica Virginia, hija de Margarita, mientras coloca las flores amarillas sobre el petate al pie del altar.
A pesar de la situación de crisis que atraviesa la familia de Margarita por perder su casa, para realizar el biguie’ invirtieron alrededor de ocho mil pesos para una ofrenda modesta, ya que es el primer Todos Santos o Xandú Yaa (Primer Todos Santos) de Margarita; la anciana de 82 años murió hace ocho meses y tiene el permiso de regresar a visitar a sus familiares en la tierra, regresar con los suyo a la casa que dejó.
Siendo este el primer Todos Santos, se utilizan muchas flores, frutas y panes, además de realizar durante todo el día rezos y se recibe a los amigos, vecinos y familias a quienes se les da tamales de mole negro y panes a cambio de la limosna que otorgan a los dolientes.
Algunas familias invirtieron hasta 13 mil pesos para este ritual cumpliendo con los nueve rezos previos a la llega de los muertos, 30 y 31 de octubre, elaboración de los tamales y la realización de los altares o biguie’.
El biyé o biguie’, es la ofrenda, la forma en que se nombraba los cuatro pilares o columnas que sostenían las esquinas del mundo y que eran representados por cuatro jaguares (beedxe’/jaguar), animal totémico.
En estos días de muertos, Xandú (santo) para los zapotecas del istmo, el biyé se representa con un armazón en cuadro hecho con carrizo que se llaman beedxe’ (jaguar o tigre).
Sobre este armazón se construyen figuras geométricas, que se tapiza con flores de cordoncillo, cempasúchil y cresta de gallo, los tres colores elementales de la cultura; amarillo, verde y rojo. En la parte superior del armazón, se coloca una cruz llamada ique beedxe’ (cabeza de jaguar).
El biye’ se coloca en el centro de la vivienda, frente al altar familiar, sostenida por dos pilares que luego se cubren de hojas de plátano, es la representación de la puerta de los muertos, también tiene que ver con el equinoccio y el solsticio, el movimiento del sol en la tierra.
Muy pocos hogares realizaron el biguie’ o los altares de siete o nueve escalones debido a que muchas familias que tenían programado el ritual se quedaron sin casas y sólo colocaron flores a sus altares familiares , esperando que el próximo año cumplan con el ritual .