Sólo unas horas para decidir sobre un megaproyecto
Con poca más de 400 personas de 10 comunidades zapotecas, la consulta se realizó en tranquilidad.
El pueblo zapoteca de Santiago Laollaga, balneario natural del Istmo de Tehuantepec, no se vio alterado durante el día, los habitantes no se enteraron que en la delegación regional del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) se llevaba a cabo una de las cuatro consultas indígenas, la primera que el gobierno federal realiza aplicando el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para el Programa de Desarrollo del Istmo.
El lugar comenzó a ser ocupado por presidentes municipales de la región a fines a Morena que arribaron con sus simpatizantes: trabajadores y regidores; también llegaron dirigentes de agrupaciones políticas afines al partido.
Ocuparon las sillas exdiputados locales, expresidentes, funcionarios federales del INPI, diputados estatales y federales, seguidores del coordinador local del INPI, Alberto Reyna Figueroa. El pueblo no se apareció.
Los coordinadores no dejaron de alabar la iniciativa catalogándola de “histórica”, haciendo hincapié que por primera vez se le consultaba al pueblo. Dispersos, también muy pocos, comenzaron a llegar integrantes de varios grupos sociales que se oponen a los proyectos, silenciosos, colocaron mantas en el lugar.
Con poca más de 400 personas de 10 comunidades zapotecas, la consulta se realizó en tranquilidad. Sacaron propuestas, recomendaciones y acuerdos, los mismos que fueron plasmados en un acta y relatoría. Una consulta que en Juchitán duró nueve meses y en Unión Hidalgo lleva un año, aquí se realizó en unas cuantas horas
En el puerto de Salina Cruz, uno de los dos extremos del proyecto interoceánico, un grupo de unos 200 indígenas huaves de los pueblos del Mar, San Mateo, San Dionisio, San Francisco y Santa María, apenas y llenaban una cuarta parte del auditorio municipal, eran pocos para representar a la etnia ikoots, pero eso sí, fueron bien atendidos por el servicio de banquetes.
Aquí, plantearon la necesidad de electricidad, drenaje, apoyos para la reconstrucción, muchas peticiones, muchos oficios y nada de debate. De esta forma, las autoridades huaves, que se dijeron representantes del pueblo que se negó a la consulta en su territorio, avalaron el preocedimiento.
Una tercera y cuarta consulta se llevaron a cabo en Jaltepec de Candayoc, en la zona mixe, y en San Pedro Huamelula, con los chontales. En la primera la participación fue de 481 asistentes, en la segunda el número fue similar.
En una primera revisión la participación del primer día de la consulta no rebasó las mil 500 personas de un total de casi medio millón de habitantes de las cinco etnias que posee el Istmo.
