Entre escombros por sismos, despiden el año en Juchitán

Zapotecas del Istmo de Tehuantepec salen a bailar con personajes disfrazados por las calles para despedir el año; además, “queman” el año viejo con los también llamados “Huelos”

Fotos: Roselia Chaca / EL UNIVERSAL
Municipios 31/12/2017 18:36 Roselia Chaca Juchitán de Zaragoza, Oaxaca Actualizada 18:37

Es normal que los zapotecas del Istmo de Tehuantepec no sólo salgan a bailar con personajes disfrazados por las calles para despedir el año; además “queman” el año viejo con los también llamados “Huelos”, que no son más que monigotes hechos de ropa vieja rellenos de papel, aserrín y pirotecnia, y que son quemados exactamente a las 12 de la noche en las calles. Con este ritual, los zapotecas queman lo malo del año.

A pesar de la situación crítica en la reconstrucción de las viviendas en el municipio y la lenta reactivación económica, derivado de los sismos de septiembre y otros desastres naturales, algunas familias elaboraron los tradicionales “Huelos”, “viejos” de trapo para quemarlos la media noche de este 31 de diciembre como símbolo de cerrar un ciclo.

Aunque en este fin de año se notaron en pocas casas los monigotes, debido a la precaria economía, ya que elaborar un personaje supone la inversión de un mínimo 150 pesos hasta mil pesos, por el costo de los productos pirotécnicos que se colocan dentro de los muñecos.

La temática en esta ocasión no varió mucho; militares, policías, mujeres con ropa tradicional, pero se agregó los relacionados con el sismo, que dejó sin casa a más de 10 mil juchitecos que aún viven en casas de campaña, lonas y láminas.

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Además de los tradicionales “Huelos”, sale a las calles por las tardes y noches los también bailarines conocidos como “Huelus” (viejitos) que despiden el año bailando de casa en casa disfrazados con exageración, a cambio reciben unas monedas.

“Una limosna para este pobre viejo, que ha dejado hijos para el año nuevo” es la estrofa de una rumba cubana que repiten los cantadores que acompañan a los bailadores, este grupo de jóvenes recurren a esta práctica para ganar dinero durante la última semana del año para incrementar sus ingresos ante la falta de empleo.

Todos los años, estos grupos llegan a ganar en una semana más de tres mil pesos, a veces más, depende de las horas que bailan en ocasiones desde las 10 de la mañana hasta las nueve de la noche. Hay gente que les da 100 pesos, otros sólo 10 pesos.

Pero la situación cambió a raíz de la tragedia y por las calles de Juchitán se vieron muy pocos “Huelus” bailando, a pesar de eso, la tradición no murió y los viejos bailan sobre los escombros para despedir un mal año.

Los tradicionales “Huelus”, de acuerdo al profesor Tomás Chiñas Santiago, presidente de la organización “Tona Taati”, surgieron en el puerto de Veracruz, pero es en la zona ístmica zapoteca donde se transforma y tiene características que identifica a la cultura.

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