Virginia tímidamente negocia con Victoria un recipiente para guardar objetos: la artesana lo ofrece a 120 pesos la pieza, la zapoteca regatea a 100; a la mujer mareña apenas y se le escucha decir que todo está caro, que no le sale, que no son muchas las canastas que elaboró para la ocasión, y efectivamente, desplegadas frente a sí suman tres docenas.
Lograr venderlas todas será una gran hazaña, por ello esta mujer, quien forma parte de 89.3% de la población mareña que vive en situación de pobreza, prefiere llegar a un acuerdo con la visitante y meter unos pesos en su bolsa, en lugar de regresar a casa con sus productos.
Esta mujer ikoots, como todas las demás que están plantadas en las calles que rodean el mercado municipal, vende todo lo que sus esposos e hijos pescan, cazan, cultivan y producen: pescados, camarones, gallinas, palomas, iguanas y chivos, así como canastas, huipiles, flores, miel de abeja, panes, plantas medicinales, totopos y artesanías elaboradas con caracoles y más.
Tienen todo el día para obtener un dinero extra que las ayude a mitigar la crisis provocada por la pandemia y la pobreza que las cobija siempre, el resto del año sobreviven con lo que sus esposos pescan en el mar y la laguna, o lo que logran colocar con intermediarias que llegan al pueblo a comprar a precios muy bajos.
Ellas forman parte de las más de 14 mil ikoots que fueron catalogadas en situación de pobreza por la Secretaría de Bienestar federal en su Informe Anual sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social de las Entidades, Municipios y Demarcaciones Territoriales para el ejercicio fiscal 2022.
San Mateo del Mar, según la Unidad de Planeación y Evaluación de Programas para el Desarrollo de la dependencia, es el municipio del Istmo de Tehuantepec con más personas en situación de pobreza: de 15 mil 751 habitantes, 14 mil 66 viven en esa condición.
De acuerdo con la medición de la secretaría, de estas 14 mil 66 personas, 49.4% (7 mil 691) viven en pobreza extrema, mientras que 40.9% (6 mil 375 ikoots) están en el nivel de pobreza moderada.
Cada una de las 7 mil personas que viven en pobreza extrema posee tres o más carencias sociales, es decir, no tienen acceso a educación, servicios de salud, seguridad social, vivienda, servicios básicos como agua, electricidad y drenaje.
Tampoco cuentan con acceso a la alimentación, ya que en el informe se indica que esta parte de la población no tiene un ingreso económico suficiente para adquirir una canasta alimentaria básica, pues sus ganancias están por debajo del salario mínimo.
Además, la medición del grado de marginación y rezago social en este municipio es muy alto; por ejemplo, 11 mil habitantes (70.7% de la población de San Mateo del Mar) no tienen agua potable, situación que se complicó aún más después de los sismos de septiembre de 2017.
En un informe denominado Recuperación temprana de San Mateo del Mar, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se determinó que los sismos de hace más de cuatro años causaron la ruptura de las fosas sépticas, contaminando el agua de las lagunas y los pozos, únicas fuentes de agua potable de la comunidad.
“La falta de drenaje y de un servicio de agua potable seguro aumenta el riesgo de contaminación de reservorios de agua, suelos y otros, y expone a la comunidad a un alto riesgo de distintas enfermedades.
“La falta de una provisión de agua potable segura es una de las principales preocupaciones del proceso de recuperación en el municipio, ya que ello expone a las personas a una gran cantidad de enfermedades, especialmente en niños y adultos mayores”, detalla el informe publicado en 2018.
En cuanto a la calidad y espacios en las viviendas, mil 853 casas tienen piso de tierra, 837 tienen muros endebles, y mil 421 son viviendas con hacinamientos. La gran cantidad de casas construidas con materiales son vulnerables a sismos, fuertes vientos, huracanes e incendios.
El informe del PNUD determinó que el sismo de 2017 y las fuertes lluvias e inundaciones provocadas por el huracán Paulina, en 1997, han sido los eventos que más han lastimado al municipio, acrecentando su vulnerabilidad. A eso se suman los altos índices de pobreza.
A pesar de la gran marginación y rezagos, para San Mateo del Mar no existen proyectos planeados de Infraestructura Social (FAIS), mismos que comprenden agua potable, alcantarillado, drenaje y letrinas, electrificación, infraestructura en educación, infraestructura en salud, mejoramiento de vivienda y urbanización; al menos no aparecen en el Informe Anual sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social 2022.
Si los ikoots quieren salir de la clasificación de pobreza que hace la Secretaría de Bienestar federal o mejorar su nivel de vida, a media hora está una posible solución, Salina Cruz.
Es considerado por Bienestar como uno de los dos municipios con menos personas en situación de pobreza (el primero es El Espinal), con 22 mil personas, ante un universo de 84 mil habitantes. Está catalogado con un grado de marginación y rezago social muy bajo.
Considerado el corazón del proyecto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, donde el gobierno federal tiene planeados proyectos de infraestructura social, Salina Cruz es una ciudad donde 26% de los habitantes no están en pobreza ni en vulnerabilidad, además de que ganan por encima del salario mínimo.