“Ningún productor promedio con ingresos de un salario mínimo podría sembrar maguey, ya que el cultivo es muy caro para sembrar y se tiene que esperar hasta cuatro años.
“Aquí llegaron empresas ligadas a políticos de la Sedapa (Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Pesca y Acuacultura) que tienen capital y facilidades para acceder a créditos bancarios, que están rentado nuestras tierras para que se siembre maguey, pero nos dan 4 mil pesos por hectárea al año, no al mes; ofrecieron adelantar tres años.
El productor señala que un sorguero promedio cosecha de tres a cinco toneladas por hectárea, con un precio según el tabulador de 2021, de 6 mil pesos la tonelada, obteniendo un mínimo de 18 mil por hectárea.
Si tiene 10 hectáreas y cosecha 30 toneladas, obtiene hasta 180 mil pesos al año, ganancia superior a los 40 mil que le pagarían si las rentara; además, al seguir cultivando sorgo no tendría que abandonar la siembra de maíz o ajonjolí, beneficiando así su economía y a la tierra.
Fernando Merino considera errónea la política agropecuaria del actual titular de la Sedapa, Gabriel Cué Navarro, al impulsar el maguey con grandes capitales, en vez de apoyar los sistemas ya existentes en la zona, como el maíz, sorgo y ajonjolí, que han demostrado efectividad y sostienen la economía interna regional.
Sobre la introducción de otros cultivos al campo istmeño, como el amaranto y girasol, los sorgueros precisan que debido a los fuertes vientos de la zona es imposible que prosperen, pues aunque soporten las zonas secas no aguantan rachas de viento de más de 180 kilómetros por hora, como las que se desatan desde octubre a marzo en la región.
Aunque en la región aún no se conoce la extensión de tierra ocupada en siembra de maguey, sí están identificadas las zonas de Jalapa del Marqués, con más de 100 hectáreas, Ciudad Ixtepec y Niltepec.
Los inversionistas, afirman los sorgueros, buscan rentar más de 100 hectáreas en la zona oriente del Istmo.
Para el también ingeniero agroindustrial y doctor en Economía Agrícola, si no se promueven prácticas sostenibles se empezará una gran deforestación, que dejará al Istmo sin vegetación y con un gran impacto negativo al ambiente.