Juchitán, Oax. – Las autoridades comunales de Santiago Laollaga, electas hace dos semanas, cerraron hoy el acceso al balneario de la población conocido como Ojo de Agua, y privaron a los visitantes de los pueblos istmeños del disfrute de las frescas y cristalinas aguas del manantial.
El cierre del acceso al manantial se dio en el marco de una asamblea comunal donde se revisan las finanzas de las anteriores autoridades comunales, de acuerdo con la convocatoria emitida por el presidente de los comuneros, Ramón Betanzos Hernández.
De acuerdo con el orden del día, la asamblea comunal revisará la “situación de las vendedoras de alimentos que se niegan a salir del Ojo de Agua” y que según comentan los propios comuneros, llevan más de 20 años vendiendo en el lugar.
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La asamblea, contempla además la revisión sobre “la situación actual que se está dando con los dueños de los terrenos que colindan con el Ojo de Agua”, y una vez concluida, determinarán si abren los accesos o si se mantienen cerrados hasta nuevo aviso.
En opinión de algunos comuneros, varias personas que venden alimentos dentro del balneario se niegan a salir, para darles el espacio a otros vendedores, pero nadie sabe a ciencia cierta si hay un protocolo de rotación de comerciantes, por cada cambio de administración comunal.
Dentro del balneario, hay personas que venden carnes asadas, empandas, tacos fritos y tostadas, cervezas, refrescos, cocos, café, atole de elotes tiernos. Son poco más de 50 los comerciantes que atienden a los turistas.