La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró cuatro desarrollos inmobiliarios en Santa María Huatulco porque las obras no contaban con autorizaciones en materia de impacto ambiental y porque se detectó que realizaron cambios ilegales de uso de suelo en terrenos forestales.
Estos desarrollos inmobiliarios, informó la dependencia federal, afectaron ecosistemas de selva baja y mediana caducifolia dentro y fuera de un Área Natural Protegida.
La primera clausura se realizó en el proyecto “Paradise Cove Condo Hotel”, ubicado en la Agencia Municipal de Bahía de Santa Cruz Huatulco, a cargo de la empresa Casas de Ensueño Huatulco.
“Durante una visita de inspección efectuada los días 12 y 13 de junio de 2025, personal de la Profepa constató que el desarrollo no cumplía con los términos y condicionantes de la autorización de impacto ambiental otorgada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) el 2 de diciembre de 2022, además de que no contaba con la autorización de cambio de uso de suelo en terrenos forestales antes de iniciar las obras”, detalló.
Las actividades detectadas afectaron una superficie de 3.7 hectáreas de selva baja caducifolia, en las que se desmontó la vegetación y se preparó el terreno para la construcción inmobiliaria. Por estas irregularidades, inspectores de la Profepa impusieron como medida de seguridad la clausura total temporal el 24 de octubre, sobre una superficie total de 5.2 hectáreas donde se encuentra el desarrollo.
Mientras que del 21 al 23 de octubre de 2025, en un operativo realizado en el Área Natural Protegida Parque Nacional Huatulco II, derivado de denuncias ciudadanas y publicaciones en redes sociales que alertaban sobre invasiones, lotificación y remoción de vegetación en terrenos forestales, se realizaron tres clausuras totales temporales en diferentes puntos del Parque Nacional Huatulco II.
Una de ellas, en el Sector “J” donde se afectó una superficie de 0.77 hectáreas por el desmonte y conformación de terraplenes para lotificación y viviendas provisionales; la segunda también en el mismo sector, donde se encontró una afectación adicional en 6.87 hectáreas de vegetación de selva mediana caducifolia, con fines de lotificación y establecimiento de viviendas rústicas provisionales.
La tercera en el Sector “K”, en el que se se constató el cambio de uso de suelo en 0.64 hectáreas, con las mismas finalidades, y finalmente, en un predio ubicado sobre el camino a Playa Riscalillo donde se detectó la remoción total de vegetación de selva baja caducifolia en una superficie de 0.65 hectáreas para la extracción de materiales pétreos.
En todos los casos, los desarrollos inmobiliarios se clausuraron de manera temporal “para evitar mayores daños a los ecosistemas forestales y al equilibrio ambiental de la zona”.
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