En Ixtepec, por ejemplo, donde el CIIT ya “amarró” un polígono de 440 hectáreas; de las cuales 54 están en manos de posesionarios y el resto pertenece a 550 comuneros, exigen que se construyan tres vados, con valor de más de un millón de pesos cada uno, para comunicar a pobladores de tres barrios; además piden que rehabilite 20 kilómetros de un canal de riego que se construyó en 1974, explica el campesino Raúl Santiago.
En Santa María Mixtequilla, las asamblea comunal y de la población ya avalaron la construcción del parque industrial, en una superficie de 528 hectáreas, pero aún no deciden si van a vender sus tierras o rentarlas al CIIT, cuyos representantes, dice el campesino Benito Orozco, “tienen prisa para comprar”.
Aquí los campesinos exigen que el gobierno federal les construya un hospital de especialidades, un relleno sanitario y una planta de tratamiento de aguas residuales, que en conjunto rebasan los 100 millones de pesos, según estimaciones de especialistas en la construcción. Además, existe inconformidad sobre dónde depositarán los desechos industriales.
Esto porque muy cerca de donde se instalará el parque industrial, en 528 hectáreas, de las que 200 son de posesionarios y el resto de 750 comuneros, corre el arroyo Los Amates. “No queremos que ese afluente se ensucie porque contaminará al canal principal del distrito de riego 019 que irriga 30 mil hectáreas de maíz en el Istmo”, dicen.
En San Blas Atempa, los campesinos aprobaron la venta de 342 hectáreas en un paraje conocido como Los Robles, donde 302 hectáreas están en manos de posesionarios, que aún no definen cómo conciliarán con los comuneros. Demandan la introducción de la red de drenaje, agua potable, una planta de tratamiento y relleno sanitario.
De acuerdo con Antonio Bielma Gallegos, síndico de Atempa, las autoridades del CIIT le ofrecieron a esta comunidad zapoteca apoyos de Nacional Financiera, Pemex y Sedatu, como créditos familiares, programas de mejoramiento urbano y la rehabilitación de 60 kilómetros de caminos que comunican a cinco de sus localidades.
Mientras, en Comitancillo, por donde pasa el Tren Transístmico y está considerado otro parque industrial, la comunidad exige que el CIIT pavimente un camino de siete kilómetros para comunicar a la cabecera con el entronque a las supercarreteras a Salina Cruz y a la capital, así como la rehabilitación de caminos cosecheros.
Mientras que el municipio de Matías Romero exige hospitales, universidades y la reconstrucción de caminos cosecheros y de los que comunican con más de 30 localidades, donde Pemex y CFE no han atendido sus demandas, al igual que en San Juan Guichicovi, que aún reclaman pagos por derrames petrolíferos y el uso de tierras.
Entre estas peticiones destaca la del edil de El Espinal, Hazael Matus Toledo, quien propone la construcción de una ruta intermunicipal entre El Espinal, Ixtaltepec y Comitancillo, para conectar con el aeropuerto de Ixtepec y las supercarreteras a Oaxaca y Salina Cruz, obra de unos 800 millones de pesos.
Según Gonzalo Villalobos, delegado federal de la Procuraduría Agraria (PA) en Oaxaca, ante estas exigencias se formó un grupo interinstitucional, que está evaluando “tanto lo que piden como lo que se puede”, en coordinación con el CIIT.
Indica que hay comunidades “muy correctas en su planteamiento”, que argumentan que no se ven integradas en el Plan de Desarrollo del Istmo y cuestionan cómo se beneficiarán si sólo se busca que pase el tren, postura que la PA considera válida, pero que hay otras donde se pide sólo “para ver qué le sacan al gobierno. Hay quien pide un puente carísimo que no conecta a nadie (...) El gobierno está tomando en cuenta que debe, a la par de la vía, atender elementos que creen el desarrollo del Istmo. Hay una agenda y mucho que dialogar, al menos no hay puertas cerradas”.
Para este proyecto, el gobierno federal contempla en el Presupuesto de Egresos para el ejercicio fiscal 2022, la asignación de 10 mil millones de pesos para el programa de desarrollo del CIIT, con el argumento de que el objetivo es apoyar a la reactivación de la actividad económica.