Con danzas y flores, la Nación Savi pide la llegada de la lluvia en Juxtlahuaca, Oaxaca
El pedimento de la lluvia es una práctica anual entre el misticismo y el sincretismo a orilla de un río; se celebra con convivios en lo que se ofrece comida y bebidas a los invitados
Santiago Juxtlahuaca. – Entre cuetes, bebidas y el sacrificio de un chivo, pobladores del Barrio de Santo Domingo llevaron a cabo una de las celebraciones más emblemáticas en su cultura como Nación Savi: el Pedimento de la lluvia.
El pedimento de la lluvia es una práctica anual para muchas comunidades de la Nación Savi (lluvia), en la Mixteca de Oaxaca, en donde algunos comienzan con las festividades a finales de marzo y concluyen hasta el 15 de mayo. Tal es el caso del Barrio de Santo Domingo en el municipio de Santiago Juxtlahuaca, que lo celebró los días 31 de marzo y 1 de abril.
La gran fiesta del pedimento de la lluvia se celebra entre el misticismo y el sincretismo a orilla de un río, donde está el Ve ‘e Savi (Casa de la Lluvia), desde la tarde del último día del mes de marzo, con las danzas de Los Chilolos y Los Rubios.
Personas adultas, jóvenes y pequeñas bailan y conviven durante varias horas en las afueras del Ve´e Savi; por la tarde, se preparan con velas, comida y bebidas, para recibir la gran ceremonia en honor a la lluvia.
La mayordomía del pedimento de la lluvia prepara comida para ofrecer a los invitados durante la noche, también bebidas, aunque muchas personas acuden con su “presente” es decir, que llevan bebidas o dinero en apoyo a la fiesta, según su voluntad y fe a la celebración.
Por la noche, las personas acuden con sus veladoras y flores a la Casa de la Lluvia a acompañar al maestro de ceremonia y todos los fieles, para pedir lluvia para los campesinos y todos los que necesiten de ella.
Antes de la medianoche, entre varias personas matan un chivo y ofrecen su cabeza a la casa de la lluvia, también rocían pulque y aguardiente en el lugar.
Justo antes de las 12:00 de la noche, el maestro de la ceremonia, Jesús Evangelista Martínez, quien es rezandero, comienza a pedir al señor de la tierra y la lluvia, a San Marcos para que pronto comiencen las lluvias, para todos los campesinos que labran la tierra, para todo el pueblo y los pueblos.
Así transcurren unos minutos, mientras los presentes hacen sonar los cuetes. En la presencia de más de 60 personas, comienzan caer las primeras gotas de agua sobre la casa de la lluvia, de pronto, el chorro de agua comienza hacer más.
Todos los presentes en la ceremonia, pasan con el maestro Martínez para que pueda limpiarles con las flores y soplarles con un poco de aguardiente.
Durante la noche se come, se bebe y se convive entre todas las personas que acuden.
Gabino Gutiérrez, el mayordomo de la fiesta, agradeció y extendió la invitación a todas las personas, ya que el agua es de todos.
Por la tarde de este viernes, los encargados de la fiesta realizan una comida para la convivencia entre todas las personas, danzas y principalmente pobladores del Barrio de Santo Domingo, para celebrarle a la lluvia.