Juchitán.– Un añejo conflicto interno, que data desde 1970, volvió a resurgir entre indígenas ikoots de San Francisco del Mar, que viven en Pueblo Nuevo y Pueblo Viejo y ahora, a ritmo de rap, muestra tintes xenofóbicos.

Hasta antes de abril de hace 55 años, los ikoots de San Francisco del Mar formaban una sola comunidad con vocación pesquera; sin embargo, meses después, bajo el gobierno del entonces presidente Luis Echeverría Álvarez, una mayoría aceptó fundar Pueblo Nuevo, como agricultores.

Sumidos en la pobreza y alta marginación, las dos comunidades, Pueblo Nuevo y Pueblo Viejo, reactivaron sus diferencias en el 2000, hace 25 años, y desde entonces los habitantes de ambas poblaciones han protagonizado mutuas agresiones, ante la ausencia gubernamental.

Hace una semana, el pasado lunes, los llamados pescadores libres de San Francisco del Mar, Pueblo Nuevo, bloquearon el paso terrestre de los pobladores de Pueblo Viejo, a unos 18 kilómetros para ingresar a su comunidad.

EL UNIVERSAL contactó a los ikoots de Pueblo Nuevo que boquean sobre el camino de terracería que impide entrar y salir, salvo por mar, a Pueblo Viejo: Vamos abrir el paso, una vez que nos paguen los equipos de pesca que nos robaron a fines de noviembre, señalaron.

A finales del pasado mes de noviembre, entre el 23 o 24, no recuerdan bien, los paisanos de Pueblo Viejo llegaron a la boca barra que conecta la Laguna Inferior con el Golfo de Tehuantepec y se robaron nuestros equipos de pesca del mar.

Los pescadores libres Pueblo Viejo no tienen sus equipos para la captura del camarón lagunar y los pescadores de Pueblo Viejo, aunque pesquen, no pueden salir a vender sus productos y tampoco adquirir sus víveres, ni ir al médico, porque tienen el camino bloqueado.

Esa es una historia que han venido viviendo las nuevas generaciones que nacieron hace 25 años y las que viven esa conflictividad desde 1970: Quemas de chozas en 2007, corte de luz y agua en 2009, expulsión de habitantes en 2016 y bloqueo del camino en 2022.

Como si nada de esos acontecimientos abriera la posibilidad para construir la paz, las nuevas generaciones atizan con lenguaje xenofóbico, mediante canciones a ritmo de rap, las diferencias y ataques contra Pueblo Nuevo, que prefirió el campo y abandonó la pesca. Con insultos y todo.

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