Desplazados de El Tlacuache y La Cofradía, localidades de Oaxaca, víctimas de la violencia y sin ayuda humanitaria

A seis meses de este desplazamiento, las 250 víctimas viven en hacinamiento, sin trabajo, sin servicios de salud, y sin la posibilidad de sostenerse económicamente

Desplazados de El Tlacuache y La Cofradía, localidades de Oaxaca, víctimas de la violencia y sin ayuda humanitaria
Foto: Especial
Municipios 22/09/2024 14:55 Juan Carlos Zavala Actualizada 14:55

Alrededor de las seis de la mañana del 21 de marzo de 2024, un grupo armado de Santo Domingo Teojomulco ingresó violentamente a la ranchería de El Tlacuache, localidad del municipio de San Pedro El Alto ubicado en la Sierra Sur de Oaxaca; las personas armadas patearon las puertas de cada una de las casas y obligaron a salir a sus habitantes, para reunirnos en la cancha de la población.

Ahí, reunidos las personas de la ranchería, entre mujeres, hombres y niños, y rodeados por el grupo armado, los obligaron a dejar sus hogares; o de lo contrario, amenazaron con matarlos. Algunos, fueron obligados a desnudarse por completo y los hicieron caminar por el bosque descalzos y sin ropa. A otros, les pusieron el cañón del arma en el pecho y en la espalda.

Horas más tarde, alrededor de las 10 de la mañana de ese 21 de marzo, también irrumpieron a la ranchería de La Cofradía, también de San Pedro El Alto, y los obligaron a dejar sus hogares, sin la oportunidad de llevarse nada de sus propiedades.

 

A seis meses de este desplazamiento forzado, las 250 personas víctimas viven en condiciones de hacinamiento, sin trabajo, sin servicios de salud, y sin la posibilidad de sostenerse económicamente. Hasta ahora, el único apoyo que han recibido es el de las autoridades comunales de San Pedro El Alto, quienes les proporcionaron un terreno en el cuál vivir mientras logran regresar a sus hogares.

Pero la amenaza y el temor prevalece entre sus habitantes. El grupo armado de Santo Domingo Teojomulco es encabezado por el representante comunal Aureliano González Martínez, quien estuvo preso acusado de homicidio por la masacre de Agua Fría, cuando personas armadas de Teojomulco asesinaron a 26 personas indígenas de la comunidad de Santiago Xochitepec, el 31 de mayo de 2002.

Las invasiones de Teojomulco sobre las tierras de San Pedro El Alto iniciaron en el año 2013, cuando obligaron con el uso de armas de fuego, quema de las casas, ranchos, una patrulla y la escuela, el robo de ganado, y el intento de asesinato de dos personas que integraban la Policía Comunitaria, el desplazamiento forzado de las rancherías "Río Cacho", "Llano Manteca" y "Río Salinas" y de las personas que tenían sus ranchos en "El Durazno", "Río Capote" y el "El Perico".

Las personas desplazadas de estas rancherías se refugiaron en el "Tlacuache" y que hasta cierto tiempo fincaron sus casas, con apoyo de la comunidad.

En el año 2014, Santo Domingo Teojomulco, de manera ilegal abrió una brecha clandestina, en la que derribaron una infinidad de árboles con motosierras, maquinaria y con hombres armados, pues esta brecha la impusieron, fue de manera unilateral y coercitiva. Esta acción fue con el objetivo de empezar a posesionar de aproximadamente más de 7 mil hectáreas.

La violencia se intensificó nuevamente en el año 2023 cuando irrumpieron violentamente a las rancherías de El Tlacuache y La Cofradía, en las que San Pedro El Alto tiene su empresa forestal y de agua purificada con la que emplean a más de 800 personas con trabajos directos, no sólo de la comunidad, sino de otras poblaciones aledañas. Esto, hasta llegar al desplazamiento forzado de las dos poblaciones ocurrida en marzo de este año y con lo cual se apropiaron de otras ocho mil hectáreas; más del 40 por ciento del territorio de San Pedro El Alto.

Lee más: Universidad Comunal de Oaxaca denuncia amenazas y hostigamiento contra colaboradores

Juana L. es una de las mujeres que junto su familia fue obligada a dejar su hogar. Tiene cáncer de mama. Tiene 57 años de edad, los cuales los ha vivido en El Tlacuache, en donde está todo su patrimonio, sus árboles frutales, el lugar donde siembra maíz, habas, y donde están sus animales de traspatio. Con un hijo con discapacidad para caminar y problemas del habla.

Ahora se ha quedado sin nada, y pide a las autoridades ayuda humanitaria si es que no pueden hacer que regrese a su hogar de forma segura.

“Si ya no podemos regresar a la ranchería en El Tlacuache, La Cofradía, donde viví 57 años, toda una vida, yo ahí nací, yo ahí viví, y que ahora vengan los de Santo Domingo Teojomulco y que nos pongan de patitas en la calle como si fuéramos unos ladrones o unos asesinos. Somos personas de paz, trabajadoras, humildes, sencillos, nos dedicamos a sembrar maíz, el frijol, habas, el chícharo. Ahí tenía flores, duraznales, sembraba, y así me iba manteniendo un poco, cuál como, cuál vendo, para ganarme unos cuantos pesos y mantenerme yo y mi familia.

desplazados-oaxaca.jpgFoto: Especial 

“Pero ahora cómo vamos a ganar, no hay trabajo… Ahora con mi enfermedad tengo que ir a mis citas con el doctor a Oaxaca, con el oncólogo. A mi me urge, necesito, tengo esa necesidad de que nos apoyen”.

Juana pide a las autoridades que por lo menos los apoyen para ir a las rancherías a desbaratar sus casas y traerse sus láminas con las cuales levantar un nuevo hogar. “Es muy triste, y yo lloro porque me duele que todo mi esfuerzo se quedó ahí, mi trabajo de toda la vida”.

Paulino Pérez Hernández, agente municipal de El Tlacuache, acusó que la gente armada de Santo Domingo Teojomulco han cometido una serie de atropellos y humillaciones, en completa impunidad.

Hasta el momento, dijo, desconocen cuál es el interés de sus vecinos por esta violencia. “Realmente no sé cuál es su tirada, si fuera el bosque, o fueran las tierras, ya estuvieran o llegaríamos a un convenio. No son las tierras, lo que pretenden es provocarnos para que caigamos en su juego y haya sangre”, dijo.

El gobierno de Oaxaca, denunció, no les ha dado ninguna respuesta ni garantizado la seguridad de la población de San Pedro El Alto. Mientras tanto, los hogares y las empresas de la comunidad ubicadas en El Tlacuache y La Cofradía, lucen vacías y saqueadas. Y las familias desplazadas, continúan sin ningún apoyo o ayuda humanitaria.

Comentarios