El Espinal aún espera libre a su hijo predilecto, el científico de Oaxaca que aceptó ser espía de Rusia
El 17 de mayo próximo las autoridades de Estados Unidos darán a conocer la sentencia impuesta al científico, que apenas el 15 de febrero pasado se declaró culpable del delito de espionaje para el gobierno ruso
Juchitán.– En El Espinal, un pequeño municipio con menos de 10 mil habitantes en el Istmo de Tehuantepec, donde la mayoría de ciudadanas y ciudadanos cuentan con una carrera profesional, la inquietud, la tristeza y una chispa de esperanza se han apoderado de muchas personas, quienes esperan una salida favorable para el científico Héctor Cabrera Fuentes, preso en Estados Unidos, acusado de espionaje.
Mujeres como Elena, Eva, Sonia y María salieron sin reservas a las calles desde 2020 para “botear”, con el fin de reunir la mayor cantidad de dinero para cubrir los honorarios de los abogados.
“Estamos tristes porque nuestro científico, Héctor, sigue detenido en una cárcel de Estados Unidos, y aunque se haya declarado culpable, para todos nosotros aquí en El Espinal es inocente y tenemos la esperanza de que, en mayo próximo, cuando le dicten sentencia, regrese a la tierra donde nació y [donde] lo queremos”, expresan las aguerridas mujeres.
Desde que “el paisano Héctor” comenzó su largo peregrinar ante la justicia estadounidense, acusado de ser espía de Rusia, y fue detenido en febrero de 2020, “nosotros nunca dudamos de su honorabilidad y lo seguimos considerando inocente”, dice el especialista en epidemiología Ricardo Nagaya, quien lo conoció en el Aeropuerto Internacional de Oaxaca, tras la beca que le fue otorgada al afamado científico para estudiar en la Universidad de Kazán, Rusia.
“Héctor nació en 1985, yo nací en 1967, y aunque somos del mismo pueblo, quizá por la diferencia de edad no lo conocí, sino hasta que viajaba a Moscú”, cuenta.
Entre los integrantes de la comunidad médica de El Espinal y de los municipios del Istmo de Tehuantepec, surge la duda de si la detención del paisano no está ligada a sus trabajos de investigación que, afirman, “ponen en peligro” los intereses económicos de las industrias farmacéuticas y de los países altamente desarrollados.
“No lo sabemos con certeza, pero da lugar para pensar cosas de esa naturaleza”, coinciden en señalar los médicos Ricardo Nagaya, quien labora en el sector salud de la entidad, y Hazael Matus Toledo, exedil de El Espinal, con quien Héctor Cabrera empezó a desarrollar un centro de investigación de ciencias en el municipio.
Desde sus centros de investigación, hasta antes de ser detenido en febrero de 2020 en el Aeropuerto Internacional de Miami, Héctor Alejandro Cabrera Fuentes “desafió a la industria farmacéutica” con sus investigaciones para salvar vidas ante infartos, proteger la piel de pacientes diabéticos y estudios profundos del ADN, coinciden sus paisanos médicos.
De acuerdo con la información divulgada en Estados Unidos, el 17 de mayo próximo las autoridades darán a conocer la sentencia impuesta al científico espinaleño, que apenas el 15 de febrero pasado se declaró culpable del delito de espionaje para el gobierno ruso.
“No hay nada qué decir, salvo lo que ya se publicó en los medios”, señala José Manuel, quien se identifica como su compadre, pero pide reservas en su identidad. “Estamos esperando que en mayo se aclaren las cosas para seguir trabajando a favor de las familias del Istmo, a partir de los conocimientos que ha estado aportando el paisano Héctor”, expresa.
Las aguerridas mujeres de El Espinal saben que más pronto que tarde, sobre 35 hectáreas de tierras donde estaba el Ingenio José López Portillo, funcionará un centro de investigación del sur del país.
Ese centro, explica el exalcalde Hazael Matus Toledo, contará con el respaldo de las universidades e institutos de todo el país, con la finalidad de que El Espinal se convierta en un destino de las ciencias en Oaxaca.
Por ahora, señala, el proyecto está en manos del gobierno federal a través del Corredor Interoceánico del Istmo.