El renacer del café mixteco: tras vencer plagas, productores de Oaxaca logran excelencia en granos de especialidad
Para posicionar el precio de sus granos, los cafeticultores buscan mejorar el proceso de producción, desde la plantación de los cafetales hasta la cosecha y el secado
Juxtlahuaca.— Atrás han quedado las plagas que afectaron los cafetales de la Mixteca hace siete años. Hoy, cafeticultores de Santa María Yucuhiti, Santiago Nuyoó y Tlaxiaco compiten por presentar los mejores cafés de especialidad en el estado.
En la Feria de Cafés Especiales, realizada en abril pasado en Zimatlán de Álvarez, región Valles Centrales, las muestras de café lavado y enmielado de la región Mixteca quedaron entre los 10 primeros lugares, con granos arriba de 85 puntos.
“Se recolectaron cerca de 80 muestras de café entre la región Mixteca y la Sierra Norte para premiar los tres primeros lugares en el café de especialidad, en lavados y naturales, donde 24 muestras pasaron a la fase final; sin embargo, sólo tres de cada categoría resultaron ganadores”, explica a EL UNIVERSAL Karla Sánchez Guevara, técnica social del programa Producción para el Bienestar, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Ubaldo Edgar García López, ingeniero agrónomo especialista en zonas tropicales de la Universidad Autónoma Chapingo y asesor técnico de Producción de la Sader, explica que los puntos califican la calidad del café:
“Va desde los 80 hacia arriba, según los reportes de catación. Cuando es menor a 80, el café no tiene atributos como buen aroma y sabor; de 80 a 84.99 es lo básico que debe de tener cualquier café cosechado en la región. Un café común de la zona puede llegar a este puntaje”.
García López describe que el café especial está arriba de 85 puntos, ya que se diferencia en sabor, olor, retrogusto y acidez, entre otras características.
Productores buscan ventas directas
Pese a que esta zona cafetalera de la Mixteca produce de los mejores granos de especialidad, los precios son bajos. Este año está entre 80 y 100 pesos el kilo; aunque en años anteriores los compradores llegaban a pagar 45 pesos.
Con el fin de posicionar el precio de su café, los cafeticultores buscan mejorar el proceso de producción, desde la plantación de los cafetales hasta la cosecha y el secado de granos.
Por ello, en la Feria de Cafés Especiales 2022, los mejores granos fueron subastados por precios arriba de lo establecido. “La experiencia de la subasta fue para que los compradores vieran todo el proceso en el que los productores trabajan y pudieran pagar el precio justo”, indica Sánchez Guevara.
A la feria acudieron dueños de cafeterías de la Ciudad de México, Oaxaca, Baja California y Puebla que cuentan con barra de especialidades, por lo que ofrecen cafés de altura bien puntuados.
La técnica de Producción para el Bienestar específica que como parte del programa está el acompañamiento a los productores para acercarlos a las herramientas necesarias, para que puedan cobrar de manera justa sus granos.
Mejor café, mejor precio
Por ejemplo, Miguel García López obtuvo el primer lugar en el café experimental, con un enmielado en el que ha trabajado por dos años. Sus granos están entre los mejores de la región, por arriba de 87 puntos.
Aunque se emociona con la idea de que él y su esposa estén entre los mejores cafeticultores, reconoce la dificultad que hay en su labor, ya que se trata de un proceso largo.
Explica que un café experimental toma el color según la temperatura del día; el secado se realiza durante 20 a 25 días, ya que se hace bajo las sombras de los árboles, con una temperatura determinada.
“Nos fue bien. En el primer año fue poca la cosecha, pero ahora ya fue aumentando”, señala con voz firme y una gran sonrisa. Gracias a la puntuación de su café, el precio se elevó a más de 200 pesos el kilo.
Otra productora, Roberta Zafra García, obtuvo el tercer lugar en cafés lavados, el cual se caracteriza por la fermentación del café, que varía en función de la especie (robusta o arábica) y el lugar de producción.
Dominica López García expresa su interés de participar el siguiente año con sus muestras. “Para mí fue una experiencia muy bonita. Además, el precio de su café se elevó más que el nuestro. El otro año pienso participar, ya le dije a mi esposo y a la inge, para ver cómo sale mi café”, dice emocionada.
El renacimiento de los cafetales
“Tengo 53 años, pero apenas estamos renovando el café y me siento como joven”, dice entre carcajadas Dagoberto Jesús García Ortiz, de San Isidro Paz y Progreso, en el municipio de Santa María Yucuhiti.
Los cafeticultores apenas comienzan a recuperarse, tras las plagas que afectaron los cultivos hace siete años. Fue en los últimos dos años cuando comenzaron las nuevas plantaciones.
Los productores de Yucuhiti, Nuyoó y Tlaxiaco coinciden en que a pesar de las plagas y de la disminución en la producción, nunca dejaron de trabajar.
Dagoberto García recientemente sembró otras variedades de plantas “más resistentes” a las plagas, en vez del grano criollo, nativo de la zona.
“Estamos intentando meter otras variedades, porque nos cayó la enfermedad, con estas y otras variedades no les pega mucho la plaga.
Cuando nos cayó la broca, se controló, pero después nos cayó la roya y esa hizo más feo”, recuerda García Ortíz, quien dice que aún mantienen el café criollo, porque es uno de los mejores granos.
En 2015, cuando la broca (Hypothenemus hampeiles) afectó los cultivos de café, muchos dejaron de cosechar y otros disminuyeron sus cosechas.
Una vida dedicada al café
Dominica López García, de Guadalupe Buenavista, Yucuhiti, ha vivido del café toda su vida, igual que Dagoberto García. Cuando era pequeña, su padre vendía los granos a unos españoles en el municipio de Putla Villa de Guerrero, recuerda.
Lleva casi tres años renovando sus plantas y en estos días, comparte, logró terminar su semillero, que construyó junto a su familia, para no comprar plantas en otros viveros.
Este año, Dominica López ya terminó de vender sus granos de café, porque a diferencia de hace un año, se dio menos.
Mientras espera la siguiente cosecha, sus familiares atienden otros oficios, como la carpintería o la vendimia en una tiendita en el pueblo.
En estas fechas, muchos de los cafeticultores ya terminaron la venta de sus granos, así que esperan que comience la temporada de lluvias para podar sus plantas y sembrar nuevas, que darán vida a algunos de los mejores cafés del estado.