En el Istmo de Oaxaca, los municipios se preparan para una segunda ola de muertes a causa de la pandemia

Juchitán.— En silencio, sumido en sus pensamientos, “Juan” manipula  la retroexcavadora, la cual ronronea cuando con  media docena de “dedos” perfora la tierra y alista una nueva sepultura.

La escena tiene lugar en el nuevo panteón de Juchitán, conocido como Lunes Santo, que se habilitó en un terreno de cuatro hectáreas   apenas en   2019, al sur de la ciudad, luego de que el cementerio Miércoles Santo se quedó sin espacio. 

Tras horas de trabajo, “Juan”, quien prefiere no dar su nombre real, termina de  escarbar  15 nuevas sepulturas. Está  agotado. La gorra, los lentes oscuros y el cubrebocas bicolor no impiden que se le note  la   tristeza. En realidad, dice el regidor de Panteones, Jorge Valdivieso Luis, en la ciudad se percibe ese desgano generalizado. 

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“Todos estamos tristes porque la  nueva ola de contagios y muertes nos está enlutando otra vez”, explica el funcionario,  quien todas las tardes actualiza los números de personas  inhumadas y cremadas que la pandemia ha dejado. 

Foto: Roselia Chaca

“Nos estamos preparando para enfrentar los fallecimientos por Covid-19, por eso estamos abriendo más sepulturas. Desde que comenzó la emergencia sanitaria ya excavamos 70 sepulturas entre el anexo del Domingo de Ramos y el Lunes Santo y esta semana se alistan 40 más en ambos sitios”, explica a EL UNIVERSAL Emilio Montero Pérez, edil de la ciudad.

Además de la apertura de nuevas sepulturas, las autoridades mantuvieron cerrado el comercio el fin de semana pasado, para evitar aglomeraciones y la movilidad de los pueblos vecinos, en un esfuerzo por cortar los contagios y fallecimientos que se incrementaron en el mes de enero.

De acuerdo con el gobierno municipal, en 240 días, acumulados del  primero de junio pasado  al 26 de enero de  2021, han fallecido en esta ciudad zapoteca un total de 325 personas. De ellas,  en 86 casos se confirmó  Covid-19;  en 84 se notificó la muerte como sospechosa al virus; 102 aparecen como infartos con síntomas; 24 fallecieron  por enfermedad cerebro vascular, y 29 por problemas respiratorios.

El ayuntamiento no es el único que mira con preocupación este repunte de contagios. La doctora Yolanda Sánchez Ulloa, dirigente sindical del Hospital Macedonio Benítez Fuentes, señala que las autoridades municipales y estatales  deben reunirse  para adoptar por  medidas más severas, sobre todo para evitar los eventos deportivos, religiosos, políticos o festivos.

“No tenemos camas disponibles en los hospitales de la región ni  en el Covid del Insabi que administra la Sedena. Todos están saturados y ni bien egresa un paciente, por mejoría o fallecimiento, hay dos o tres en espera”, dice.

Alerta en el puerto

Foto: Roselia Chaca

En  Salina Cruz, donde la   nueva oleada de contagios ha dejado 37 fallecimientos en lo que va del año, las autoridades restringieron las inhumaciones en el panteón a quienes ya tengan familiares ahí, es decir, para sepultar a una persona, esta debe ser depositada en un lugar ya ocupado previamente, de familiares o amigos, o de lo contrario el fallecido debe ser cremado;  también  ordenaron el cierre del comercio  el fin de semana.

“Si los contagios no descienden, el cierre de comercio podría ampliarse en febrero, Por ahora, los restaurantes sólo venderán alimentos para llevar y las tiendas departamentales  también cerrarán”, explica con preocupación el edil Juan Carlos Atecas Altamirano.

“Nos estamos preparando para un escenario mucho más complicado que en junio y julio del año pasado”, señalan por separado ambos ediles  morenistas, en referencia al momento más crítico que ha vivido el Istmo. 

Se extiende la alerta

Foto: Cortesía

En otros municipios del Istmo, también se están tomando medidas extraordinarias, pues saben que los contagios siguen y no hay camas disponibles. En  El Espinal, a  seis kilómetros al norte de Juchitán, las autoridades  realizan pruebas rápidas para detectar Covid-19 y apoyar con medicamentos  y oxígeno. 

 El edil Hasael Matus Toledo destaca que entre las medidas restrictivas impuestas  la prohibición para la venta de bebidas alcohólicas. La ley seca se levantará en la primera semana de febrero, si los  contagios desciendan, dice.

Mientras tanto, en San Francisco Ixhuatán, en la zona oriente del Istmo,  el edil Florencio de la Cruz pidió el apoyo de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) para aplicar pruebas rápidas y  desinfección de espacios públicos, luego que se registrara un alto contagio en esa comunidad zapoteca, donde  acaba de fallecer el regidor de Hacienda, Andrés López Pineda. 

De igual forma, en  Unión Hidalgo, el ayuntamiento, encabezado por César Carrasco Vicente, aplicó pruebas rápidas y entregó tanques de oxígeno a la regiduría de Salud para auxiliar a los adultos mayores con problemas respiratorios.

 Mientras que en Tehuantepec se suspendió la actividad en mercados y tiendas durante los próximos fines de semana. 

 Pese a la emergencia sanitaria por coronavirus,  Jesús González,  coordinador de Protección Civil del Istmo, denuncia que  hay autoridades que están más preocupadas por su reelección que por  la salud y protección de las familias istmeñas. “Nosotros vamos a coordinarnos con las autoridades que accedan a desinfectar  mercados y sitios de concentración”, advierte molesto.