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Familias de Juchitán celebran las fiestas de muertos según su calendario zapoteca

Conoce los detalles de la tradición zapoteca y las fechas representativas para conmemorar a sus fieles difuntos

Altar zapoteca de Día de Muertos; Juchitán, Oaxaca. Fotos: Especiales
30/10/2025 |16:28
Alberto López Morales
Corresponsal EL UNIVERSAL OaxacaVer perfil

Juchitán.– Las familias zapotecas de Juchitán celebran en estos días finales de octubre, las fiestas a sus muertos, de acuerdo con el calendario religioso de los binigulaza (gente nube), conocido como Biguié.

El investigador juchiteco, Tomás Chiñas Santiago, explica que dicho calendario religioso de los antiguos zapotecos, constó de 260 días, del 8 de marzo al 25 de octubre y, a partir de ahí, empezaba la celebración de sus muertos.

Por esa razón, refiere, los zapotecos de Juchitán no celebran el Día de Todos los Santos, el 1 de noviembre y tampoco el Día de los Fieles Difuntos, el 2 de noviembre, como ocurre en el resto del país, que recuerda la influencia creciente del catolicismo romano desde el siglo IV.

Sin embargo, en esta ciudad zapoteca, no hay hogar vinculado a las tradiciones de los binigulaza que no coloque una ofrenda, por muy pequeña que sea, en la mesa donde un retrato o fotografía recuerda a quien partió al inframundo, al reino de Mictlán, al mundo de los muertos.

En Juchitán, los rezos que piden la purificación espiritual de los difuntos para que concluyan su viaje al inframundo, comienza en las casas desde el 24 de octubre, un día antes del fin del calendario Biguié, y el 30 y 31 de octubre, se les ofrenda flores, alimentos, velas, risas y lágrimas.

Altares zapotecas

Flores, frutos, velas e incienso

Durante los días finales del calendario de los antiguos zapotecos, conocido como Biguié, cientos de mujeres y hombres inundaron los puntos habilitados para la venta de flores de cempasúchil y cresta de gallo, tallos de platanares y de caña de azúcar. No hay espacio para caminar o cargar.

Hombres y mujeres que festejarán a sus muertos hoy 30 y mañana 31, inundaron las calles y aceras donde compraban cocos, mandarinas, plátanos, naranjas, manzanas y limas. A un costado, la gente también se agolpa para comprar panes, dulces, más panes y más dulces.

En mesas de madera, cubiertas con sus suéteres y rebozos, otras mujeres ofrecen velas y veladoras, incienso, vestuarios de “halloween”, así como puestos de tacos y jugos, cuyos vendedores soportaban con estoicidad la dureza de los fuertes vientos.

Costosa tradición

Cada año, dice el investigador Tomás Chiñas, las celebraciones cuestan más. Los precios suben de precio. Un altar modesto, en estos días estará obligando a las familias a gastar unos 30 mil pesos y una estructura de flores, con Biguié y el Jaguar, podría costar 50 mil pesos.

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