Juchitán.– Cientos de familias católicas juchitecas cerraron este sábado el ritual de visita a los seis centros ceremoniales de antiguos zapotecos, para agradecer la abundancia del mar y marcar el inicio de un nuevo año, según las tradiciones del pasado.
Cuenta la tradición oral, dijo el regidor de Turismo del gobierno juchiteco, Silas Carrasco Hernández, que en los sitios construidos al lado del mar, de los sistemas lagunares, nuestros antepasados tenían sus sitios sagrados considerados centros ceremoniales.
Tras el proceso de evangelización, los antepasados zapotecas resistieron y mantienen hasta ahora sus ancestrales centros ceremoniales, convertidos en capillas, siempre al lado del mar, sitios sagrados donde acuden a venerar, encomendar y pagar favores desde la fe.

De esa forma, el año comienza con el ritual de Jesucristo Palo Grande, en enero, en la capilla que se ubica a un costado de la playa en la comunidad zapoteca de Álvaro Obregón y continúa junto al mar de Santa María Xadani, el 15 de enero.
Así, en el mes de diciembre, las familias católicas juchitecas realizan tres procesiones para cerrar el año, agradecer la abundante pesca, salud y pedir por los enfermos para el año entrante, o sea el 2026.
Diciembre comenzó con la peregrinación a la Santa Cruz Igú, cuya capilla está cerca de playa de Álvaro Obregón; siguió después en Santa Cruz Guelabeñe, con la adoración al lagarto, y cerraron hoy con Santa Cruz Guzebenda, de los pescadores.
En cada peregrinación, en cada capilla, se reza, se ofrenda, se agradece y se pide por todos. Después, los mayordomos ofrecen la comida, pescado en caldo por lo general y un baile que dura toda la noche, tras caminar once kilómetros de camino asfaltado y polvorientos.
[Publicidad]









