“Las ventas se adelantaron 15 días. Generalmente la producción la comenzamos a sacar el 15 de noviembre, pero este año empezaron las ventas el 3 de noviembre, así que podemos decir que fue un año bueno”.

Foto: Mario Arturo Martínez
A pesar de la pandemia, la venta de estas plantas famosas por su intenso color rojo, de las cuales Campamento de las Flores se ha convertido en la mayor productora del estado, no sólo no bajó, sino que inició temprano, señala Morales López.

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El mérito es grande si se considera que se ubican en una comunidad que, por regirse bajo sistemas normativos indígenas, se mantuvo cerrada a las personas ajenas durante la mayor parte de la pandemia.

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“Hasta hace un mes, en Día de Muertos, empezaron a dar acceso los domingos; solamente media hora la persona que viniera específicamente aquí, que no baje a la comunidad; antes de eso, solamente se nos permitía sacar un camión tres días por semana: lunes, miércoles y viernes; ahora el acceso es más libre”, destaca.
Además, incursionan en el uso de fungicidas y bactericidas orgánicos, para sustituir los agroquímicos y así “no contaminar tanto y que la producción sea lo más benéfica para el medio ambiente”. Con información de Mario Arturo Martínez.

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