Juchitán, Oax. – Con la voz a punto del quiebre y tras un largo y profundo suspiro, una de las víctimas libera sus emociones y confiesa que solo la justicia, el castigo al que asesinó a su padre, le dará consuelo a los corazones de su familia.
"Sabemos que nuestro padre ya no va a regresar, a él lo asesinaron, pero si hay justicia, se terminará ese desasosiego que nos lastima. No puede haber impunidad para los asesinos. ¿Por qué se pasean libremente en el pueblo? ¿Quién o quiénes los protegen?", interrogó.
A su padre lo mataron en la mañana del pasado jueves 13 de febrero, junto con Victoriano y Abraham Quirino, cuando iban a comprar víveres al poblado El Zacatal, que pertenece al municipio de San Juan Guichicovi.
Fue el único de los tres asesinados, que le permitieron a la familia, sepultarlo en su comunidad de San Isidro Platanillo. Victoriano y Abraham, les negaron el permiso y tuvieron que inhumarlos en el panteón de Matías Romero.
Desde el año 2023, la paz se rompió en San Isidro Platanillo, un pequeño pueblo de unos mil habitantes, que pertenece al municipio zapoteca de Santo Domingo Ingenio, enclavado en la zona norte del Istmo de Tehuantepec y colindante con los mixes de San Juan Mazatlán.
Las autoridades agrarias de ambos municipios istmeños enfrentan desde 1972 un conflicto por la posesión de 32 mil hectáreas de tierras y que se agudizó en mayo de hace dos años, con la construcción de un camino del programa Bienestar.
En ese periodo, la obra del programa federal “Caminos del Bienestar”, se suspendió porque según denuncias de los pobladores de Loma Santa Cruz, de San Juan Mazatlán Mixe, los habitantes de Santo Domingo Petapa cortaron el camino artesanal. El saldo fue de un muerto y seis heridos.
Desde entonces, la impunidad se pasea libremente, relató Viridiana, quien señaló que hay intereses políticos que están obstruyendo que se aplique la justicia. Ni siquiera nos han recibido a los familiares de las víctimas en la Fiscalía de Oaxaca, lamentó.
“¿Quién o quiénes están interesados en proteger a los asesinos? El pasado 26 de marzo llegó a la comunidad un funcionario del gobierno de Oaxaca y ofreció que en 10 días gestionaría una audiencia con el Fiscal. Ya pasó un mes y no cumplió”, acusó.
Entre el 27 y 28 de marzo pasado, la población de San Isidro Platanillo se quedó sin la seguridad que le había enviado el gobierno desde el 13 de febrero. Se fueron los funcionarios, los escoltaron y nadie regresó. No hay policías, nos sentimos amenazados, con miedo, contó la mujer.
Por la impunidad que gozan los “matones” identificados como el “Grupo de los 33” de Platanillo, así como la ausencia de seguridad en la zona, en los últimos días, hubo un ambiente de caos e incertidumbre por disparos de arma de fuego y robos de vehículos.
La población tiene miedo para ir a sus “trabajaderos” a cuidar el ganado y el café, tiene miedo de salir a comprar los víveres a Matías Romero, tiene miedo porque no sienten la protección del gobierno de Oaxaca, resumió.
Tenemos una clínica de salud, pero el médico y la enfermera solo trabajan de lunes a viernes y los maestros, que han sido amenazados por el Grupo de los 33, también tienen miedo a las emboscadas.
En medio de ese ambiente de impunidad, violencia e injusticia, los pobladores de Platanillo enfrentan ahora una nueva embestida y denunciaron que “Los 33” están coludidos con el presidente municipal de Santo Domingo Petapa, Aldo Cruz Domínguez, para imponer al agente municipal.
Por la tarde del domingo, la asamblea comunitaria de San Isidro Platanillo rechazó la imposición y acordó elegir libremente a su autoridad, pese a las amenazas de que les van a cerrar todos los caminos.
El pueblo de Platanillo siempre ha dicho que no a las armas, pero la paciencia se está agotando y no permitirá que le impongan a una persona foránea. Aquí los vamos a elegir y esperamos el apoyo del gobierno federal y estatal, indicaron en la asamblea.