Las cenizas del médico, quien brindó su servicio a la comunidad istmeña, llegaron con sus familiares hasta el exterior del inmueble donde se colocó la urna y la fotografía.
Allí se ofició una misa en honor al oriundo de la Octava Sección de Juchitán, conocida como barrio Cheguigo.
En el homenaje póstumo directivos y dirigentes sindicales recordaron la carrera profesional del juchiteco, su paso por la dirección del hospital y su apoyo a los ciudadanos de bajos recursos.