Lo anterior fue resultado del blindaje y los operativos de seguridad implementados en la región tras el triple homicidio, con el objetivo de “dar con los responsables intelectuales de tan lamentables hechos; así como, mantener presencia institucional en la zona”, informó el gobierno estatal.
Desde las primeras horas del día, un estado de fuerza de 48 elementos de seguridad llegaron a San Francisco del Mar e implementaron recorridos de seguridad, disuasión y vigilancia.
No obstante, poco antes de las seis de la tarde se suscitó una persecución por parte de elementos de la Guardia Nacional en las calles de esta comunidad ikoots y terminó con un enfrentamiento a balazos, donde, de acuerdo con fuentes gubernamentales, fue detenida una persona más identificada como César Francisco, a quien las corporaciones policiales señalan como el jefe de la banda delictiva de la zona.
La madrugada de este lunes la población se consternó tras conocer que tres policías municipales fueron asesinados a balazos y arrojados a un paraje sobre el camino que conduce a la playa, y la patrulla fue incinerada a la entrada de la localidad.
En el transcurso del día, además, un hermano de uno de los tres policías asesinados mató a un familiar de uno de los presuntos responsables del triple homicidio y horas antes disparó en contra del director de seguridad del gobierno de San Francisco del Mar, quien huyó hacia el monte para salvar su vida. Hasta la tarde de este lunes, se desconocía su paradero.
Aparentemente, narraron personas de la población que dieron su testimonio a este medio, por la noche del domingo, los policías municipales asesinados habían detenido y encarcelado a un presunto distribuidor de droga. Esa acción molestó a los jefes de la banda delictiva y ordenaron la liberación del arrestado y la ejecución de los policías municipales.
Al caer la noche en San Francisco del Mar, la población “sigue espantada por tantos disparos, muertes y detenciones”, dice uno de los pobladores, quienes confirman que tras los arrestos, la Guardia Nacional y los elementos de la SSPO se retiraron de la población, por lo que a los habitantes sólo les queda la promesa que hizo Pedro Enríquez, el presidente municipal morenista, quien dijo en la plaza pública que él se encargaría de colgar a los maleantes.