Un oasis del saber apoya la educación inicial en una zona marginada de Zaachila, Oaxaca
Desde hace más de una década, Modesta Hernández López inició una cruzada por la educación en la agencia Vicente Guerrero, una población con altos índices de marginación
Villa de Zaachila.— Desde hace más de una década, Modesta Hernández López inició una cruzada por la educación en la agencia Vicente Guerrero, una población con altos índices de marginación, ubicada en la zona oriente de la Villa de Zaachila, municipio de los Valles Centrales de Oaxaca. Una gran cantidad de personas adultas y menores de edad carecían de estudios básicos como primaria, y secundaria y muchos de ellos no sabían leer ni escribir.
Con apoyo de la Fundación Pimpollo acudía casa por casa a ofrecer apoyo para que jóvenes y adultos mayores concluyeran su educación básica o aprendieran a leer y escribir. Al principio, dice, fue difícil, porque la corrían de sus domicilios, no querían saber nada de la escuela porque en algún momento alguien los había engañado; les dijeron que podían estudiar, pero nunca les entregaron su certificado. Otra de sus dificultades era no contar con un espacio físico digno donde las personas pudieran aprender.
A finales de 2009, la comunidad de Vicente Guerrero les prestó un lugar para realizar sus labores y en 2010 nació el Centro Comunitario Educacional Vicente Guerrero. Inició con tres espacios, que en estos años han logrado ampliarse hasta contar con una biblioteca.
“Tenemos una fundación que se llama Amigos de Pimpollo, representada por Bonifacio Luis Hernández. Son un equipo de personas que nos apoyan para mantener este espacio, pagar los servicios como compra del agua, la energía eléctrica y el internet; otras organizaciones nos han apoyado en la construcción de los espacios o con el equipo de cómputo y demás.
“La iniciativa fue de la fundación, de decir vamos a empezar a trabajar porque la educación no está llevándose a cabo en este espacio con las condiciones que deben ser”, explica.
La directora del Centro Comunitario Educacional Vicente Guerrero, Modesta Hernández, agrega que en la zona oriente de Zaachila aún hay muchas personas que no tienen educación básica y muchas otras que no saben leer ni escribir.
Las razones son diferentes, dice, pero menciona que cuando eran pequeños la escuela les quedaba muy lejos, así como las condiciones económicas que obligan a priorizar el trabajo frente a la educación.
“Todavía a estas alturas hay personas que no saben leer ni escribir. Este espacio les brinda esa oportunidad”, agrega.
El Centro Comunitario Educacional estableció un acuerdo de colaboración con el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), a través del cual se da la oportunidad para que desde los 10 años de edad en adelante, quienes por alguna razón no hayan terminado la primaria o la secundaria, ahora puedan hacerlo.
Aquí se brinda la oportunidad a los habitantes de la agencia Vicente Guerrero, de dos agencias más de la Villa de Zaachila y de 37 colonias que se encuentran alrededor. “Todas esas personas acuden a este espacio y aunque está relativamente cerca para algunos, para otros todavía queda retirado porque tenemos colonias que están a una hora de camino”.
También acuden a ese centro comunitario personas que trabajan y que, por falta de primaria y secundaria concluida, no pueden acceder a un puesto en sus empleos. Además, aquí se ofrecen cursos de computación, de inglés para niños y adultos, talleres de capacitación para el trabajo como el de electricidad; así como educación inicial para madres embarazadas y personas que tengan hijos de hasta tres años 11 meses. Actualmente tienen un programa denominado Mujer Sabe, en el que ofrecen capacitación para mujeres emprendedoras o que cuentan con un micronegocio.
Modesta Hernández cuenta que en cerca de 12 años —desde que se creó el centro comunitario— han entregado certificados de primaria y secundaria a más de 2 mil personas; en educación inicial se ha atendido a más de 500 familias, y entre los cursos de computación, inglés, cursos de verano, biblioteca y apoyo en tareas, el alcance supera a los 3 mil niños y niñas. Recientemente, con el proyecto Mujer Sabe, son alrededor de 150 mujeres emprendedoras que se han capacitado.
“Empieza a haber o rendir fruto el trabajo de tantos años, porque la personas ya nos identifican, ya saben que hay un espacio aquí donde ellos pueden venir, estudiar y tener cursos, talleres, capacitaciones, educación para adultos. Aparte ya vienen solos, sí hacemos campaña, pero ya no como antes de ir casa por casa”, dice.
Los nuevos rezagos
La directora Modesta Hernández asegura que la educación no está garantizada y con la pandemia de Covid-19 muchos niños y niñas abandonaron la escuela, y que regresen a sus estudios advierte que será complicado. No porque ellos no quieran, aclara, sino por el contexto que viven, la situación económica que obliga a trabajar y el incremento en los precios de la canasta básica.
En entrevista con EL UNIVERSAL, sostiene que la educación es derecho de todos, pero no se garantiza como debe ser.
“Como gobierno, le toca una parte, pero también como sociedad nos toca y como personas también nos corresponde, porque si queremos estudiar hay que buscar opciones, y si nosotros queremos apoyar, hay que buscar soluciones”, sentencia.