Desde entonces, la comunidad pesquera utiliza lanchas para atravesar la Laguna Inferior, mismas que llegan a un embarcadero de sus vecinos de San Dionisio del Mar, tras una travesía de 40 minutos y desde ahí abordan camionetas para llegar a Juchitán, donde se abastecen de víveres y gasolina.
Pero por los fuertes vientos del frente frío número 16, los lancheros no pueden salir para evitar volcaduras y naufragios, como el que ocurrió en enero de 2017, cuando una lancha se hundió por los altos oleajes y provocó la muerte de tres personas.
Esta situación ha causado que desde el pasado fin de semana, señala José Martínez, la población se quedara sin maestros y sin médicos, debido a que ellos tampoco pueden ingresar en lancha.
“La gente se enoja porque no tenemos camino terrestre desde hace 14 años, estamos explorando alternativas de acceso, pero por ahora, cada que hay vientos fuertes (100 a 120 kilómetros por hora), no entran los médicos, tampoco los maestros y escasean los víveres en las tienditas”, advirtió el agente municipal.
“Bajo esas condiciones, nadie sale de la comunidad para comprar alimentos y tampoco llegan los comerciantes a adquirir los productos que sacamos del mar, es más, con los fuertes vientos tampoco salimos a pescar. La gente está triste, pero también muy enojada”, afirma el agente.
A esta situación se suma que las autoridades comunales de San Dionisio del Mar, donde desembarcan las lanchas de Santa María del Mar, informaron que en la asamblea de comuneros se puso una fecha límite para seguir permitiendo el uso de su embarcadero, por lo que a partir de febrero próximo los pobladores de Santa María del Mar perderán su única vía de acceso pues tendrán prohibido la salida por tierra y por mar.