Yutuzaní, comunidad triqui de Oaxaca, rechazó vacuna contra Covid por falta de información en su lengua
A pesar de que las autoridades aseguran que "ya no quedan comunidades como tal por vacunarse", aquí solo se obtiene información sobre la vacuna y de la enfermedad entre las pláticas de la gente
Juxtlahuaca.– En Yutuzaní, los pobladores aún no se vacunan. Todo es incertidumbre y rumores. Más de un año y ochos meses después de iniciada la pandemia de Covid-19, esta comunidad habitada por la nación triqui, en la región Mixteca de Oaxaca permanece sin material en lenguas originarias sobre las vacunas, lo que origina que los habitantes sigan en medio de una ola de desconfianza y desinformación en torno a su efectividad.
En una casa de madera con un piso de tierra y humedad por las lluvias, Cornelio de Jesús Hernández, quien es asistente de salud, explica que los pobladores de Yutuzaní no recibieron la vacuna primero porque no llegó hasta la comunidad y luego porque cuando de la se anunció que les correspondía aplicarse la unidosis de la farmacéutica Cansino, a muchos les ganó la desconfianza. “No nos vacunamos cuando vinieron los militares en Juxtlahuaca, porque había mucha información buena y mala”, indica.
Pero sobre todo, señala el asistente de salud, la falta de voluntad para vacunarse se debió al miedo, al temor de que el fármaco no les sentaba bien, ellos no tendrían a quién acudir.
“Y si, nos daba reacciones, cómo le íbamos hacer, porque no nos explicaron y no tenemos médicos en nuestro pueblo, en caso de que nos dieran efectos secundarios”, dice Cornelio de Jesús sentado en una silla de madera vieja, frente a una mesa donde hay una impresora conectada a un panel solar.
Ante la decisión de no vacunarse, las personas optaron por las hierbas y la medicina tradicional para afrontar los rumores de “la nueva enfermedad”, como le llaman a la pandemia los triquis. “Por si enfermamos o no, mejor usamos nuestras hierbas y el baño de vapor, así evitamos a la enfermedad”, agrega Cornelio.
De acuerdo con Juan Carlos Contreras Santiago, el titular de la Jurisdicción Sanitaria Número 05 Mixteca de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), la dependencia no tiene datos sobre localidades donde no se haya recibido la vacuna e incluso asegura que “ya no quedan comunidades como tal por vacunarse; el Ejército Mexicano se hizo cargo de hacer un barrido a todas las comunidades rurales donde se estuvo aplicando la vacuna Cansino”.
Pese a los dichos de las autoridades de salud que aseguran que ya se “peinaron” a todas las localidades con la vacuna Cansino, la comunidad triqui Yutuzaní y decenas de personas de otros pueblos aún no reciben la vacuna.
En el caso de Yutuzaní se trata de una comunidad triqui ubicada bajo las montañas, en los límites entre Oaxaca y Guerrero. Para llegar hay que trasladarse dos horas en vehículo y luego dos horas a pie, partiendo desde la cabecera municipal de Santiago Juxtlahuaca, municipio situado a unas seis horas de la capital oaxaqueña.
Al llegar a la comunidad se entiende que en Yutuzaní hayan rechazado vacunarse, pues no hay información sobre la vacunación y menos en la lengua triqui. Los pocos datos que se obtienen es lo que se llega a entender en las pláticas, asegura Cornelio de Jesús.
Los que sí se vacunaron
Al igual que en Yutuzani, Unión de los Ángeles, otra comunidad triqui, se encuentran en las mismas condiciones, sólo que a 20 minutos menos de distancia; sin embargo, en esta comunidad las personas están vacunadas desde el pasado mes de septiembre.
“Por acuerdo de la asamblea determinamos vacunarnos. Luego que inició la pandemia le dijimos a los doctores que no acudieran a nuestra comunidad, para no contagiarnos, porque acá enfermarse es un lujo que no nos podemos dar. Y ya cuando inició la vacunación, vimos que no murió gente, por eso decimos inyectarnos”, dice, Aniceto Hernández, autoridad comunitaria de Unión de los Ángeles.
Si bien, las personas de Unión de los Ángeles decidieron vacunarse, no fue porque se les facilitara la información sobre la vacunación contra el virus en su lengua; las autoridades comunitarias explican que, al observar que las personas vacunadas no morían, y tampoco se enfermaban, entonces resolvieron recibir la vacuna.
En otras comunidades de la región triqui alta, permanecen más de 100 personas que aún no reciben la vacuna, porque en su momento, no confiaban en la información sobre la aplicación de las dosis, además de que la jornada “Universal” que el gobierno federal implementó para municipios rurales de Oaxaca transcurrió rápido, sin que les diera tiempo de acudir las sedes de vacunación donde los militares la aplicaban, por la distancia.
“Llevamos dos meses esperando que vuelvan a programar una jornada de vacunación a nuestro municipio, por ahora, no nos dan información”, sostiene Roberto Fernández Hernández, agente municipal de San Andrés Chicahuaxtla.
Salvador Sánchez Zeta, traductor e intérprete de la lengua triqui indica que él y un grupo de jóvenes tradujeron algunos materiales en las lenguas sobre los síntomas y cuidados para pacientes de Covid-19; sin embargo, sobre la vacunación contra este virus, no hay traducciones.
El pasado domingo 31 de octubre, la Secretaría de Salud informó que los estados con menor cobertura de dosis aplicadas son Chiapas, con 60%, Oaxaca, con 69% y Guerrero, con 70%.
Nunca ha habido información sobre salud en lenguas
El titular de la Jurisdicción Sanitaria de la Mixteca, Juan Carlos Contreras Santiago, reconoce a EL UNIVERSAL que no se ha emitido ninguna información sobre la vacunación Covid-19 en lenguas indígenas, mientras que las autoridades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) con delegación en el estado de Oaxaca no respondieron si existen o no estrategias de comunicación que apoyen a la traducción a lenguas indígenas de materiales con información sobre la vacunación.
Salvador Sánchez, el joven intérprete, por ejemplo, dice que ninguna autoridad de salud se puso en contacto con él para realizar algún trabajo de traducción.
“Hubo mucha desinformación, sobre todo en el sector de las personas que tienen más de 65 años y eso no ayudó para que muchos se vacunaran”, dijo.
En un recorrido por las comunidades Yutuzaní, San Andrés Chicahuaxtla, San José Xochixtlán y Unión de los Ángeles entre otras, EL UNIVERSAL constató que no hay ningún material informativo en lenguas indígenas sobre la vacunación contra el Covid-19. Las casas o centros de salud apenas se mantienen, el suministro de medicinas, médicos y la infraestructura son algunas sus mayores necesidades.
La pandemia reveló la falta de interés de las autoridades e instituciones para mantener informado a las comunidades indígenas, ya que no sólo no existe información de la vacuna contra Covid en lenguas, sino que, tampoco existe para la vacunación en general.
Al respecto, Abigail Castellanos García, activista del Centro Profesional Indígena de Asesoría Defensa y Traducción (Cepiadet), expone que en las comunidades indígenas no existen las condiciones para hacer frente a un brote comunitario de la pandemia: “No hay manera de acceder ni de apoyar a las comunidades con pruebas contra la covid. Entonces, si las personas no tienen la información sobre la utilidad de las vacunas, es difícil que decidan vacunarse”.
Esto es particularmente grave porque de acuerdo con los Servicios de Salud de Oaxaca, sólo en este año y hasta finales de agosto se contabilizaban 25 brotes comunitarios de la enfermedad en territorio oaxaqueño, como lo dio a conocer este medio.
“Sin la información en la lengua no se genera el interés, entonces, las personas no asisten a las jornadas de vacunación”, sostiene la activista.
Abigail Castellanos dice que es vital que las personas estén informadas, para que puedan tomar una decisión. “Además de los carteles, se deben aprovechar las radios comunitarias que es un medio que la gente escucha en las localidades rurales”, agrega.
Pese a los esfuerzos que han hecho algunas iniciativas en apoyar a las comunidades para que la información de la pandemia, principalmente sobre la vacunación pueda ser accesible, las personas aún carecen de esos datos y no se han vencido las barreras del miedo para que acepten vacunarse.