Pastor cristiano grabó el video más famoso del accidente aéreo en Durango

La lluvia empezaba a caer con fuerza sobre la capital de Durango la tarde del pasado 31 de julio; Ramin Parsa observaba el paisaje desde su asiento en el vuelo AM 2431 de Aeroméxico con dirección a la Ciudad de México. Atraído por las gotas de agua que golpeaban su ventana y caían en la pista del aeropuerto sacó su celular y se dispuso a grabar el nublado panorama que fue quedando atrás mientras el avión se alejaba del suelo con el potente ruido de su turbina.

De pronto, del otro lado de la ventanilla todo se volvió nubloso, las rafagas de viento se hicieron sonar y balancearon la aeronave de un lado a otro hasta que el fuerte impacto del aeroplano contra un descampado hizo que el teléfono cayera de las manos de Ramin, quien pedía ayuda divina mientras la cámara del celular continuaba grabando los segundos de oscuridad que se vivieron tras la caída del avión, los gritos de pánico de los pasajeros, la tos ocasionada por el humo y los intentos desesperados para encontrar una salida.

Sin quererlo, Ramin dejó un archivo de video que pasará a la historia de la aviación nacional por captar el momento exacto en el que se desplomó un vuelo comercial de una de las principales aerolíneas del país, donde las 101 personas que iban a bordo salieron con vida.

Ramin Parsa, pastor cristiano de origen iraní, contó en entrevista con EL UNIVERSAL cómo fueron esos momentos en los que temió por su vida. Él se encontraba en Durango para presentar unas conferencias religiosas y volaba a la Ciudad de México para tomar un avión que lo llevara hasta Los Ángeles, California, donde reside desde hace tiempo.

El ciudadano estadounidense asegura que el clima lucía bien cuando estaban abordando la aeronave; sin embargo, cuando el aeroplano se incorporó a la pista de despegue, las condiciones climáticas empeoraron. “Yo no soy piloto, pero estoy seguro que el avión no debía de haber despegado con esas condiciones”.

“Todo fue muy rápido, no hubo tiempo para que el capitán nos avisara lo que estaba ocurriendo; pasaron menos de dos minutos entre el despegue y el impacto”, declara el autor del video que circula en redes sociales. "Pensé que moriría; a pesar de que mi español no es muy bueno grité 'en el nombre de Jesús', a quien le debo el milagro de seguir con vida después de esto".

Tras impactarse en las inmediaciones del aeropuerto "derrapamos unas 400 yardas después de caer y luego escuchamos cómo uno de los motores explotó". La cabina se llenó de humo mientras sentían que se ahogaban por falta de oxigenación, por lo que intentaron romper sin éxito las ventanas del avión.

"Las luces se apagaron, estábamos encerradas cien personas sin podernos ver unos a otros; algunos lloraban y otros rezabamos".

Considera que el accionar de la tripulación ante la catástrofe fue buena. Una de las sobrecargos logró abrir la puerta de salida e inmediatamente evacuó a los pasajeros.

"La aeromoza nos gritaba 'salgan del avión, salgan'. Ayudé a una señorita que tenía dos niños. Salimos del avión. La buena noticia es que estaba lloviendo muy fuerte; estaba muy, muy, mojado y esto evitó que se propagara el fuego y el humo. No podíamos respirar para nada. Jesús nos rescató".

Y como siempre, la solidaridad que caracteriza a los mexicanos salió a relucir en este accidente. "La reacción de la población fue espectacular, mucha gente que estaba por la zona llegó a auxiliarnos inmediatamente", agradece Parsa.

Por otro lado recalca que las unidades de emergencia tardaron cerca de 20 minutos en llegar al lugar del incidente. Evalúa la respuesta de las autoridades como buena, aunque considera que pudo haber sido mejor.

"Quedó en evidencia que nadie estaba preparado para un accidente de esta magnitud, ni la aerolínea, ni el aeropuerto, ni los hospitales".

Ramin informó que la empresa de Aeroméxico se pusó en contacto con ellos para brindarles apoyo psicológico y ya tienen una cita programada entre la aerolínea y los pasajeros. Hasta el miércoles no se les ha informado si los indemnizarán de alguna forma por el hecho ocurrido la tarde del martes.

Lo cierto es que los planes del misionero iraní han tenido que cambiar. Se quedó sin equipaje, su regreso a casa tendrá que esperar por lo menos unos días más mientras resuelve su situación. Agradece a la iglesia cristiana, quienes le han dado hospedaje y apoyo en este complicado proceso que está viviendo.

msl