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En 2016 se comercializaron un millón 603 mil 672 autos, el volumen más alto en la historia de la industria automotriz en México, pero el año pasado el incremento de precio en los vehículos, las tasas de interés y el endeudamiento de los mexicanos limitó las compras.
Guillermo Rosales, director general adjunto de AMDA, explicó que el cierre de año se vio impactado por una mayor volatilidad que impactó el tipo de cambio en forma negativa como consecuencia de la anunciada reforma fiscal en Estados Unidos y su previsible impacto en la economía mexicana, así como eventos de política interna relacionados con el inicio de proceso electoral.
“La incertidumbre seguirá siendo un fuerte factor negativo de cara a la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y el proceso electoral mexicano, por lo que el primer semestre es probable que seguirá en zona recesiva”.
En lo que respecta a diciembre, se acumularon siete meses consecutivos de caída en ventas. En total, se comercializaron 158 mil 717 unidades, 17.6% menos respecto a diciembre de 2016.
AMDA tenía un pronóstico bajo de ventas para diciembre de 162 mil 558 unidades, pero al final se vendieron incluso menos de las estimadas.
“En diciembre se mantuvieron los factores negativos que se presentaron a lo largo de año, principalmente el impacto en la capacidad adquisitiva de los consumidores por la alta inflación”, agregó Rosales.
En junio de 2017, la venta de autos nuevos cayó 5.3%, en julio 7.3%, en agosto 6.5%, en septiembre 11.5%, en octubre 10.2%, en noviembre 8.5% y en diciembre un 17.6%.