Ante ello, la desesperación, enojo y división se comenzó a percibir entre los policías federales que ya llevan dos días con la toma del Centro de Mando de la corporación.
Cuando el policía Luis Ojeda, representante de los inconformes, explicaba que los elementos que no querían ingresar a la Guardia tenían lo opción del Instituto Nacional de Migración, el Servicio de Protección Federal, Aduanas, Comisión Nacional de Búsqueda, Comar, sistema penitenciario y las Unidades de Medidas Cautelares, los elementos estallaron, ya que eso no aseguraba la preservación de sus derechos laborales.
Por tal motivo, acusaron a su dirigente de vendido y le pidieron abandonar la mesa de negociación.
Lo anterior obligó a que los titulares de la División de Fuerzas Federales, Raúl Ávila Ibarra, y Benjamín Grajeda, de Gendarmería, salieran a aclarar sus dudas.
Ambos titulares les ofrecieron ingresar al Instituto Nacional de Migración, Servicio de Aduanas, Órgano Administrativo Desconcentrado, Prevención y Readaptación Social, y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, entre otras.
Además, les prometieron que les pagarían el bono de operatividad correspondiente al mes de junio.
En entrevista con EL UNIVERSAL Benjamín Grajeda afirmó que el sábado darán una respuesta sobre el tema de la indemnización y abordarán otras peticiones.
Dijo que la mesa de diálogo será permanente, “de aquí a la liquidación total de la Policía Federal. Se tienen que seguir atendiendo los temas que tengan los compañeros. Por ahora son divisiones y faltan otras más”.
Por la mañana, elementos de la PF rechazaron “mano negra” en su movimiento, como dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador. Los agentes mostraron su credencial de la corporación para demostrar que no son infiltrados.
Al responder a los señalamientos del gobierno federal, Benavente Torres dijo que es “[una] guerra sucia por defender a los federales”. En entrevista, reconoció que estuvo preso y señaló que lo están usando para desvirtuar el movimiento.
En seis estados de la República, elementos de la PF se sumaron a las protestas y el paro nacional contra su incorporación a la Guardia. El apoyo se registró en Chihuahua, Nuevo León, Sonora, Chiapas, Baja California y Oaxaca.